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Entrevista:Alejandro Amenábar | Director de cine | 19ª EDICIÓN DE LOS PREMIOS GOYA

"Esperaba y confiaba lograr estos premios"

Aurora Intxausti

No es mitómano pero sí supersticioso. Los últimos zapatos azules que se compró para llevar a la ceremonia de los Globos de Oro, donde logró el premio a la mejor película extranjera, se los puso para asistir a la fiesta del cine español. "Me han traído suerte, así que ni dudo en llevármelos a los Oscar, aunque allí la competencia es mucho más dura", asegura el realizador Alejandro Amenábar (Santiago de Chile, 1972) con dos de las 14 estatuillas que ha conseguido por Mar adentro en la mano en la madrugada del lunes. Le brillan los ojos, muestra una media sonrisa, está feliz pero con los pies en la tierra: "tengo difícil conseguir la estatuilla americana, pero sé que no es imposible". Durante los meses que ha estado en Estados Unidos promocionando la película ha tenido alguna que otra oferta de la industria americana pero ha mirado hacía otro lado porque, según confiesa, "no quiero dejarme tentar por el dinero".

"En una situación igual a la de Ramón Sampedro, yo querría seguir viviendo"
"Valoro más el respaldo de los músicos porque lo han hecho sin atender a prejuicios"
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Habla de la importancia que han tenido los actores en Mar adentro -seis se alzaron con la escultura de Goya- y de sus apuestas a la hora de elegir a algunos de los intérpretes. "Me ha hecho mucha ilusión el premio a Belén Rueda porque fue una decisión personal, muy a contracorriente de lo que opinaban otras personas. Ella ha demostrado que lo ha dado todo y bien. La adoro". Pero es hablando de la música donde se percibe cierta emoción y reconoce ciertas dificultades para llenar de notas el pentagrama y componer una melodía. "Me cuesta mucho componer. Tengo una relación muy ancestral y muy íntima con la música porque desde niño me llamaban la atención las bandas sonoras de las películas. Cuando tenía 7 u 8 años mis padres me regalaron una guitarra y empecé a componer canciones, y más tarde llegaron unos teclados y decidí crear música para mis historias. Lo que empezó siendo un hobby terminó siendo una realidad y la primera vez que lo probé en el cine fue en Tesis. Yo valoro más el respaldo de los músicos porque lo han hecho sin atender a prejuicios, sin tener en cuenta que soy un director metido a músico".

Su película ha sido la más premiada de la historia de los Goya y no parece causarle demasiada sorpresa. "Me esperaba y confiaba ganar estos premios porque es una película que hemos construido con mucho cariño. Aunque no creo que sea matemático que el Goya a la mejor película signifique que sea la mejor producción del año. Los premios me demuestran el cariño y el respeto hacía mi trabajo, por un lado, y la valoración a las interpretaciones, por otro".

Habla de cómo quería desde el principio que fuese su película: "visualmente muy plácida pero donde las emociones vinieran de los intérpretes. Está basada en hechos reales y por ello desde el principio nos quisimos pegar a la tierra, a la realidad geográfica y, además, que eso nos permitiera despegar. No renunciar a los acentos, no renunciar a nada". Todavía Mar adentro está bullendo en su cabeza y no saldrá fuera hasta el mes de marzo cuando se exhiba en Japón. "Una vez que me la quite me tomaré un periodo de descanso. No me pongo metas porque no me gusta, no sé si la próxima película será en inglés o castellano o cómo será. La mecánica de la propia historia será la que decida, como me ocurrió con Mar adentro. Una noche me encontré diciendo que ésta era la película que tenía que hacer. Me había elegido ella a mí".

En los años anteriores a rodar la historia de Ramón Sampedro, Amenábar leyó entrevistas y reportajes que le llevaban a pensar que había algo detrás para ser contado, y fueron unas notas de prensa lo que le decidió a embarcarse en una nueva aventura cinematográfica totalmente diferente a sus anteriores películas. "Cuando miro para atrás, toda mi filmografía nace de un artículo de prensa. Los otros, Abre los ojos y Tesis nacieron de noticias en los periódicos. Cuando conocí la historia personal e íntima de Ramón Sampedro, me enamoré del personaje". Amenábar reconoce que se quedó fascinado por la figura de Sampedro y por las distintas maneras de vivir el amor que había tenido con mujeres diferentes.

El realizador habla de su responsabilidad a la hora de tratar el tema de la eutanasia y lamenta las consecuencias posteriores que ha tenido su trabajo -las disputas entre los familiares de Sampedro y Ramona Maneiro, la mujer que le ayudó a morir-. "Los hechos tenían que ser fieles a la esencia de la historia porque había que resumir siete años en dos horas y media y teníamos una responsabilidad con varios colectivos de tetrapléjicos y discapacitados. No quería que la película fuese un insulto para esos colectivos y eso estaba en la personalidad de Sampedro, que no quería reivindicar lo suyo para los demás. En una situación igual y desde mi óptica personal yo querría seguir viviendo. Esa idea la teníamos muy presente cuando escribíamos el guión, debíamos ser respetuosos con los personajes reales, queríamos ser fieles a la historia pero no reabrir heridas. Lamentablemente, lo que en la película hemos tratado con mucho cuidado de pronto ha salido en los medios con muy pocos matices, y se ha abierto un debate que no tiene que ver con la eutanasia, que es un debate doméstico entre la familia de Ramón Sampedro y Ramona Maneiro".

Cuando habla de su futuro tiene claro que quiere hacer algo diferente a lo que ha hecho hasta ahora porque no le gusta mirar atrás. "Cuando vuelvo la mirada es para buscar otro camino y tal vez es lo que haga después de que descanse. No tiene ningún aliciente para mí el hacer lo que ya he hecho hasta ahora y quizá por ello lo que haga la próxima vez sea algo totalmente diferente. ¿Comedia? Me gusta como género pero hay algo que me impide disfrutar como realizador. Yo me río de lo cutre, de lo mal hecho, de la chapuza. Me río con Berlanga porque, aunque tengan un planteamiento maravilloso, en sus películas hay muchos elementos de la gran chapuza nacional. Cuando me planteo este género, creo que de algún modo es eso lo que no estoy capacitado para crear".

Sobre los inquietantes resultados del cine español en 2004 -tres millones menos de espectadores que en 2003 acudieron a las salas a ver producciones españolas-, el director de Mar adentro considera que son datos en los que no se puede obviar la entrada del DVD, con lo que se supone que muchos espectadores acuden a las salas a ver películas de gran espectáculo y se reservan las españolas para verlas en formato DVD. Otro tema es el de la piratería. "No se puede olvidar que las empresas discográficas han sido diezmadas por ese tema y que se ha destruido el tejido industrial. El mundo del cine en España corre un serio peligro". Sin embargo, tanto su película Mar adentro como La mala educación, de Almodóvar -los dos directores españoles con mayor reconocimiento internacional-, han sido respaldadas por el público español.

El retrato que Alejandro Amenábar ha hecho de Ramón Sampedro y de las personas que lo acompañaron

en los últimos años de su vida lo ha llevado a ser el triunfador absoluto de la 19ª edición de los Goya. Mar adentro,

su cuarta película, hizo historia en la noche del domingo al lograr 14 de los 28 premios.

Alejandro Amenábar, con uno de los <i>goyas</i> recibidos en la 19ª edición.
Alejandro Amenábar, con uno de los goyas recibidos en la 19ª edición.RICARDO GUTIÉRREZ
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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