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Reportaje:ELECCIONES EN IRAK | Medidas de seguridad

Máxima alerta en Irak

El Gobierno cierra carreteras, aeropuertos y fronteras para impedir el caos el día de los comicios

Ángeles Espinosa

El puente de Al Yumhuriya, cerrado. La avenida Saadún, cerrada. En Bagdad y en el resto de las grandes ciudades, los iraquíes empezaron a sufrir en la tarde de ayer las anunciadas restricciones al tráfico que durante los próximos tres días van a tratar de evitar que los insurgentes malogren una convocatoria electoral histórica. Además, desde anoche se han cerrado las fronteras tanto por tierra como por aire. La Comisión Electoral Independiente empezó a distribuir el material electoral en las 18 provincias del país, lo que puede dar pistas de dónde van a estar situados los centros de voto. Uno de ellos fue objeto de un atentado en el sur de la capital iraquí. Cuatro policías murieron.

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A la vez que concluía la campaña electoral (hoy es día de reflexión) se ponía en marcha una operación logística de gran envergadura. Tres mil toneladas de material tienen que llegar antes del domingo a las siete de la mañana a los más de 5.000 colegios electorales repartidos por todo el país. De momento, ayer se distribuyó la parte menos delicada: 144.000 cabinas de voto, 90.000 urnas, 72.000 botes de tinta indeleble, precintos para las urnas, bolsas estancas y linternas. Las papeletas y los listados electorales llegarán en el último momento para impedir que un ataque como el que ayer se produjo en Al Dora pueda frustrar la votación. Un coche bomba, al parecer conducido por un suicida, estalló en la calle principal de ese barrio popular del sur de Bagdad, justo enfrente de una escuela que previsiblemente estaba destinada a ser colegio electoral. El ataque causó la muerte de cuatro policías.

La Comisión Electoral ha impreso 24 millones de papeletas para la Asamblea Nacional, 21 millones para los 18 Consejos Provinciales y 4,5 millones para la Asamblea Kurda, que sólo se elige en las tres provincias de esa región autónoma. En total, el número de potenciales votantes se calcula entre 14 y 15 millones.

"Mi casa ha sido destruida, ¿cómo puedo elegir? ¿a quién debo elegir?", preguntaba una vecina de Faluya durante una reunión celebrada en el ayuntamiento por la ONG Al Anwar. Significativamente, en esta ciudad, que contaba entre 300.000 y 400.000 habitantes antes de la entrada de las tropas norteamericanas el pasado noviembre, sólo 70 acudieron a la convocatoria en la que el personal de Al Anwar trataba de determinar las necesidades y ofrecer asistencia a la reconstrucción. Faluya, en el corazón del llamado triángulo suní, se ha convertido desde abril en el símbolo de la resistencia al nuevo proceso político iraquí.

En la capital, la preocupación va más allá del previsible boicoteo político en las zonas de mayoría suní. Algunos observadores han empezado a señalar el peligro de que la inseguridad deje en sus casas a amplios sectores de la clase media urbana y educada."Ya veremos qué hacemos", señala Asmá R., que trabaja como administrativa en la empresa familiar de importación-exportación. Asmá es suní, pero no era fan de Sadam. "Mi hermano tuvo que irse del país por circunstancias políticas", añade para borrar cualquier sombra de sospecha. Su mayor temor es que se haga realidad ese atentado espectacular del que todo el mundo habla después de cinco días de relativa calma en la capital.

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"Es nuestra fiesta; no vamos a faltar", asegura, sin embargo, Alí Husein, un chií residente en Yadrie, que cuenta las horas para ejercer su derecho al voto. A sus 55 años, era un niño la última vez que en su país hubo elecciones libres, durante la monarquía. "Aquélla fue la mejor época", declara tanto fruto de sus lecturas como de la imagen que le transmitieron sus mayores. "Había democracia, libertad de expresión, un Parlamento; ningún rey hizo daño a los iraquíes", apunta sin mencionar que la dinastía hachemí fue una importación británica y que sus miembros no tenían raíces en Irak.

Aun así, Husein, un funcionario que ahora sólo trabaja un día a la semana pero cobra 10 veces el salario que recibía en tiempos de Sadam, considera votar al Movimiento por la Monarquía Constitucional, que encabeza el jerife Alí. "Al principio pensaba hacerlo por la lista 169", menciona en referencia a la candidatura chií de la Alianza Unida Iraquí, "pero algunos de sus integrantes están financiados por Irán y eso va a propiciar divisiones en sus filas".

Desde la pasada medianoche, las fronteras terrestres de Irak están cerradas. Sólo se permitirá la entrada de los últimos peregrinos que regresen de La Meca. Hoy y mañana también está cerrado al tráfico comercial el Aeropuerto Internacional de Bagdad, aunque los aeródromos de Basora y Suleimaniya mantienen sus operaciones nacionales para facilitar el trabajo de la Comisión Electoral. Además, está prohibido el tráfico interprovincial y el toque de queda se ha adelantado desde ayer a las siete de la tarde. El domingo, sólo los vehículos autorizados podrán circular por las grandes ciudades.

Las fuerzas de seguridad, tanto iraquíes como estadounidenses, se encuentran en estado de máxima alerta. La policía y la Guardia Nacional iraquíes han cancelado todos los permisos hasta la semana que viene. Sus agentes van a recibir por ello un complemento salarial. Estados Unidos ha sacado a sus soldados de los cuarteles para incrementar en un tercio su capacidad de combate.

Tal vez sea ese esfuerzo adicional de las últimas semanas lo que permitió ayer el anuncio de la detención de otros dos lugartenientes de Abu Musab Al Zarqaui, el jordano al que Washington responsabiliza de la mayoría de los atentados que sufre Irak. "Los detenidos son Salah Suleimán al Loheibi y Alí Hamed Yasín al Isaui", anunció Qasim Dawud, responsable de la Agencia Nacional de Seguridad. Dawud calificó a Al Loheibi de "responsable de las operaciones terroristas en Bagdad" y dijo que se había entrevistado "40 veces con Al Zarqaui en los últimos tres meses".

Por otro lado, los cuerpos de seis soldados iraquíes fueron hallados ayer en Ramadi, ciudad del triángulo suní a 100 kilómetros al oeste de Bagdad donde ayer se produjeron combates entre las fuerzas de seguridad y los insurgentes. Un agente y un civil murieron.

Tropas de EE UU se acercan al lugar en el que se hallaron los cadáveres de seis soldados ayer en Ramadi.
Tropas de EE UU se acercan al lugar en el que se hallaron los cadáveres de seis soldados ayer en Ramadi.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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