Porto Alegre no bebe Coca-Cola
El espíritu de sacrificio de los luchadores de la utopía es encomiable. Hace un calor de 30 grados oficiales, sumados a unas cuantas docenas de grados más que nadie sabe de dónde salen, pero que se agarran a la piel como una lapa. Y sin embargo, en ningún local del Foro de Porto Alegre se puede comprar la malvada Coca-Cola. "Está prohibida en todo el recinto", se apresta a decirme orgullosa una linda muchachita salida de mi adolescencia de póster de Che Guevara, pero ahora transmutada en guerrera antimundialización. Vamos bien, pues: el foro de la libertad empieza prohibiendo. Forcejeo inútilmente y me espeta un barbudo profesor con carnet no caducado de viejo maoísta: "Este foro lucha contra las multinacionales y contra la opresión americana". ¿Contra las multinacionales? Pero si todos han llegado en aviones de grandes multinacionales. Pero si usan Internet como locos, que es un invento yanqui. Y los móviles para llamar al compañero... Y Michael Moore, que se hincha de Coca... Aún con espíritu provocador, y atisbando uno de esos pañuelitos palestinos que conforman el paisaje de fondo del foro, balbuceo tímidamente uma acotación. "¿Sabes que la fábrica de Coca-Cola en Ramala da trabajo a 10.000 palestinos? Como hagan allí el boicoteo...". Pero me he ganado a pulso el desprecio del viejo revolucionario y sus iluminados alumnos, y decido matar mi pena con un guaraná antiglobalización que, si no suaviza mis contradicciones, al menos despista mi calor.
El símbolo de la campaña del catalán, esa dentadura postiza, obrará el milagro
La verdad es que el foro da para mucho, y sería injusto no señalar la cantidad de conferencias, debates y proyectos que intentan dar la vuelta a la injusticia y encontrar otras fórmulas. Especialmente interesantes son los vinculados al medio ambiente y a los derechos de la infancia. Modestamente, el debate Dos pueblos, dos Estados. El camino de la negociación en el conflicto palestino-israelí, organizado por la Unesco, en el que yo participo junto con el profesor palestino Manuel Hassassian y su amigo israelí Edward Kaufman, conocidos pacifistas, puede ayudar a una visión un poco serena del conflicto. Pero la serenidad no es precisamente el sustantivo del foro, y ahí están los abucheos y los gritos de "¡traidor! contra Lula; la prohibición de que el prefecto de Porto Alegre, José Fogaça, visite el foro, a pesar de ser el alcalde democráticamente escogido, y la invitación a que Hugo Chávez sea una de las grandes estrellas. No han invitado a Gaddafi de milagro. El lema que acompaña pomposamente al foro, Otro mundo es posible, empieza pues boicoteando la libre circulación de productos, prohibiendo la entrada a representantes legítimos e invitando a presidentes populistas, exponentes del peor socialismo medieval. A partir de aquí, el fórum es patrimonio de los sectores más ruidosos de la extrema izquierda, cuya incapacidad para tener resultados electorales no les impide erigirse en propietarios exclusivos de los grandes conceptos de solidaridad. No sé si otro mundo es posible, aunque creo posible soñarlo, pero de lo que estoy segura es de que no lo veo en el foro. No lo veo en las pintadas en los murales a favor de la "heroica resistencia iraquí", convirtiendo a los locos asesinos que degollan personas en héroes románticos. No lo veo en los textos que equiparan a la Alemania nazi a Estados Unidos o Israel, minimizando hasta la perversión lo que significó el nazismo, ¡y lo leo el mismo día en que el mundo recuerda el 60º aniversario de la liberación de Auschwitz. No lo veo en la nula existencia de un mínimo recuerdo, un mínimo homenaje a las víctimas del exterminio. En el foro donde otro mundo es posible, el desprecio a las víctimas judías de la Shoá es más que evidente. No, no veo ese nuevo mundo en la simpatía con que son acogidos países víctimas de la maldad americana, como esa bonita democracia sobrecargada de derechos humanos llamada Irán. Y continúo. Inexistencia de un mínimo discurso crítico con las dictaduras del petrodólar, pero odio feroz a Israel. Por supuesto, ninguna duda de que todos los locos de atar que van suicidándose matando decenas de personas por el planeta son unos milicianos que luchan por la libertad. Ningún análisis sobre la ideología totalitaria del integrismo islámico, pero consideración general de que el único causante del problema del mundo habla inglés. Y quizá lo que más me duele es la absoluta ausencia de una pancarta, un papelito, una frasecita para recordar los millones de mujeres esclavizadas en nombre de Alá. Si lo fueran en nombre de Estados Unidos..., pero el Foro de Porto Alegre, y tantos otros de su estilo, sólo se preocupa de las víctimas cuando los malos llevan barras y estrellas o la estrella de David en la pechera. Ahí está, mírenlo, el totalitario presidente del Sudán, asesino de miles de personas, que no tiene quien le silbe, quien le señale, quien le ataque en el foro de la solidaridad. ¿Existe el Sudán en el imaginario del foro? Un día de estos lo van a invitar para que hable del Tercer Mundo...
Decía el famoso anuncio que había otros mundos, pero que todos estaban en éste. Paseando por el Foro de Porto Alegre, rodedada de toda la estética cheguevarista al uso, sudando la gota gorda de un calor abrasador antimultinacional, acompañada del coro de consignas de la extrema izquierda -la que siempre traicionó a la libertad-, tengo la impresión de que otro mundo existe y es posible, pero no está en éste. Si éstos de aquí, con sus tópicos, sus dogmatismos antilibertarios, su maniqueísmo, su desprecio a los valores de la democracia, sus héroes terroristas y sus fobias, tienen que cambiarnos el mundo, habrá que volver a las viejas ideas del 68. Si ustedes cambian el mundo, paren el mundo, que me bajo.
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