Los profesores universitarios a examen

Los estatutos de la nueva Agencia Andaluza de Evaluación de la Calidad y Acreditación Universitaria se aprobaron el pasado 11 de enero. Este órgano será el encargado de evaluar al profesorado y la producción investigadora de los diez centros universitarios de la comunidad. Además, también analizará la gestión de los órganos rectores. "La evaluación externa dará mucha más transparencia a las universidades", dice Elías Fereres (Larache, Marruecos, 1946), quien ha sido nombrado director general de la agencia por la Consejería de Innovación y Ciencia.

Con los estatutos recién aprobados y con siete millones de euros para 2005 comienza a caminar este órgano que surge del desarrollo autonómico de la Ley Andaluza de Universidades.

"No pueden aplicarse los mismos criterios a un profesor de Física y otro de Humanidades"

"El sector empresarial no usa la investigación universitaria para ser más productivo"

Fereres -quien actualmente preside la Academia de Ingeniería de España y fue secretario de Estado de Universidades e Investigación del Ministerio de Educación entre 1992 y 1994- explica que "la agencia nace con la idea de prestar servicio a la Administración andaluza y a las propias universidades cuando necesiten una evaluación externa". También será la encargada de la acreditación del personal docente, es decir, será quien establezca los criterios y evalúe a los profesores universitarios que quieran aumentar sus remuneraciones o su categoría.

Hasta ahora, esta labor la desarrollaba la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación). Andalucía ha seguido la estela de otras comunidades como Cataluña o País Vasco donde ya se han asumido las competencias en materia de evaluación universitaria.

Los criterios que se aplicarán para calificar a los docentes serán muy parecidos a los que utiliza la ANECA, que a su vez emanan de los "que usan las mejores instituciones del mundo en las que prima el sentido común". En opinión de Fereres, el problema no son los estándares sino la forma de aplicarlos.

Este catedrático de Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de la Universidad de Córdoba recuerda la polémica que se suscitó entre la ANECA, creada por el anterior Gobierno central del Partido Popular, y algunos profesores que estaban en desacuerdo con la evaluación: "Ese es uno de los problemas que tiene la evaluación masiva. Los criterios en un área no sirven para otra área. Los generales, sí, pero el peso específico no puede ser el mismo. No pueden aplicarse los mismos criterios a un profesor de Física Teórica y a otro de Humanidades (...) En un caso tiene mucha más importancia la generación de nuevo conocimiento y en otro las aplicaciones".

Para lograr este objetivo, la agencia andaluza se nutrirá de un "cuerpo de evaluadores" formado por "las personas que son reconocidas en el área siempre que tengan la suficiente distancia para no tener sesgos subjetivos, ni positivos, ni negativos". Las primeras evaluaciones, según la Junta de Andalucía, se realizarán en este primer trimestre.

La Consejería de Innovación y Ciencia, de la que dependen las políticas que se aplican en el ámbito universitario, considera que la agencia será "un instrumento básico para el proceso de modernización e innovación que deben protagonizar las universidades andaluzas durante los próximos años".

En opinión de Fereres, para alcanzar el nivel europeo de calidad los centros de la comunidad deben incrementar la relación con el sector empresarial y que este a su vez demande más investigación a las universidades: "El sector empresarial no usa la investigación universitaria para ser más productivo (...) Es un problema también del resto de Europa. Vamos a remolque de países como Estados Unidos o Japón, donde son las propias empresas quienes reclaman más investigación a a la universidades".

El segundo escalón que deben superar los centros andaluces, y españoles, pasa para Fereres por "darse a conocer": "La universidad española es poco conocida en el resto de Europa. Debemos ser un punto de atracción para estudiantes de otros países". Y para llegar a este objetivo las universidades deben conocer en qué áreas son competitivas y explotarlas. "No se puede ser excelente en todo, cada universidad debe centrarse en sus puntos fuertes, distinguirse por una determinada área de conocimiento", arguye.

"Hemos avanzado mucho, pero todavía nos queda", sostiene Fereres. "Las universidades españolas han estado sumergidas en los últimos diez años en un proceso para formar a una enorme cantidad de licenciados. Y la cantidad inmensa y la calidad excelente no son viables al mismo tiempo. Ahora es el momento de elevar la calidad al haber bajado el número de estudiantes", concluye.