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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un rato de bienvenida calma

Soledad Gallego-Díaz

Los efectos balsámicos del encuentro que celebraron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, a finales de la semana pasada empiezan a disiparse según se comprueba lo incierto de los acuerdos alcanzados. La realidad es que los dos políticos se mostraron mucho más satisfechos por el efecto conseguido ante la opinión pública, mayoritariamente tranquilizada ante la imagen de un pacto entre los dos grandes partidos del país, que por el contenido de esos futuros acuerdos, sobre los que los dos dirigentes han dejado todo prácticamente abierto.

"Los votantes del PP acogieron la entrevista muy bien porque les tranquilizó tras el desasosiego que produjo la aprobación en Vitoria del plan Ibarretxe. El respaldo expreso de nuestra gente a la imagen de Rajoy durante la entrevista con Zapatero ha sido fuerte y nos ha venido muy bien a todos", reconoce un dirigente popular.

Rodríguez Zapatero y Rajoy hablaron extensamente durante su entrevista sobre ETA y sobre los escenarios posibles en relación con la banda terrorista

Lo único que parece claro es que Rodríguez Zapatero y Rajoy hablaron extensamente sobre ETA y sobre distintos escenarios posibles en relación con la organización terrorista. Lo mismo ocurrió, aseguran algunas fuentes, en la conversación entre el presidente del Gobierno y el lehendakari Ibarretxe, y en el encuentro entre Zapatero y Rajoy en La Zarzuela, en presencia del Rey.

En relación con los temas estrictamente autonómicos, fuentes tanto del PP como del PSOE aseguran que no se ha entrado de momento en ningún tema concreto. De hecho, socialistas y populares no coinciden por ahora ni en la composición que debería tener la comisión de los dos partidos para examinar esas posibles reformas estatutarias y constitucionales. El PP reclama un perfil alto "con gran credibilidad política", similar a la comisión de seguimiento del Pacto Antiterrorista, mientras que el PSOE piensa en algo más técnico, con especialistas en política territorial, pero no necesariamente con mucha "autoridad". "Desde luego, nada comparable con la comisión antiterrorista,", asegura un dirigente federal.

Mariano Rajoy afirma que su ofrecimiento de acuerdo no exige contrapartida alguna, pero en la dirección del Partido Popular explican que no es posible que el PP acepte nuevas cotas de autogobierno en los estatutos de autonomía si no puede explicar al mismo tiempo a sus votantes que ha conseguido un cierto "intercambio" en estabilidad. "Si el PSOE quiere que apoyemos cambios estatutarios importantes, y estamos pensando en Cataluña, tendrá que ser a cambio de lo único que nosotros podemos ofrecer a nuestros votantes: instrumentos de estabilidad del modelo, es decir, la seguridad de que no se vuelve a abrir todo el proceso en unos pocos años", explica uno de los responsables de la dirección del Partido Popular.

"Lo que no podemos aceptar es que el partido socialista se presente a sí mismo como el único capaz de moderar al resto de las fuerzas políticas, alguien capaz de moverse entre el 10 de Esquerra Republicana y el 0 del Partido Popular. En esos términos no puede haber diálogo", insiste el mismo dirigente popular.

Reacción del PNV

A la espera de que el próximo martes se fije la fecha del pleno del Congreso de los Diputados en el que se deberá rechazar por abrumadora mayoría el llamado plan Ibarretxe, todos los partidos políticos, incluido el PNV, son escenario estos días de muchos movimientos, tomas de posiciones internas y contactos más o menos discretos.

"Lo que pasa es que en cierta forma todos dependemos de los movimientos de los demás, y que con tantas pelotas en el aire lo importante es no ponerse nervioso, estar muy atento y no dejar pasar oportunidades", comenta un experimentado político socialista. "Es cierto que éstas son semanas de mucha actividad política, pero, desde luego, nosotros no somos los que tenemos más pelotas en el aire. El que no da abasto es el Gobierno", bromea un dirigente popular.

"Hasta el PNV está pendiente de noticias antes de diseñar su estrategia electoral, porque tiene que saber si Batasuna se lanza estas semanas a preparar listas blancas, es decir con candidatos sin ningún tipo de antecedentes, ni policiales ni penales, a fin de disputarle el voto de las elecciones autonómicas", asegura. "Para Batasuna", explica, "es mucho más fácil acudir a unas elecciones autonómicas, donde al fin y al cabo sólo necesita 75 nombres limpios, que a unas elecciones municipales, donde la oferta tiene que ser mucho más numerosa". Y por encima de todo, reconoce, plantea un imponderable: si ETA está dispuesta a anunciar una tregua lo suficientemente seria como para permitir una negociación.

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