Los radicales islámicos se atribuyen la muerte de dos europeos en Irak

El grupo radical islámico iraquí Ansar al Sunna se atribuyó ayer a través de Internet el secuestro y asesinato de un ciudadano británico y otro sueco que habían sido capturados cerca de la ciudad de Baiji, al norte de Bagdad. Según el comunicado citado por cadenas de televisión árabes, un comando del grupo armado "tendió una emboscada a dos agentes que trabajaban para las fuerzas infieles", antes de asesinarles.

La autenticidad del texto, que no explicaba cuándo ocurrió el supuesto incidente armado, no ha sido verificada aún por otras fuentes, según informaba anoche la agencia Efe. El mando militar norteamericano en Irak informó el miércoles de la muerte de un ciudadano británico y su conductor iraquí tras un ataque de los insurgentes a su convoy en la autopista del norte de Irak, cerca de la localidad de Baiji. Ambos cayeron en una emboscada cerca de una central eléctrica, en la que trabajaban como vigilantes.

Por otro lado, al menos cinco soldados británicos y varios civiles iraquíes resultaron heridos ayer como consecuencia de la explosión registrada en la entrada de una base militar logística situada cerca de Basora, en el sur de Irak. El ataque contra las instalaciones militares británicas se produjo a primera hora de la tarde de ayer en la base de Shaibah, situada a unos 10 kilómetros al oeste de Basora, la segunda ciudad más importante de Irak. "Los heridos han sido trasladados a un hospital militar británico", según aseguró un portavoz del Ejército del Reino Unido. El grupo insurgente dirigido por el jordano Abu Musab al Zarqaui se atribuyó el supuesto ataque suicida, según un comunicado difundido a través de Internet, tras la denuncias de malos tratos a detenidos por parte de soldados británicos.

En otro incidente armado registrado en Mosul, al norte del país, al menos cinco insurgentes murieron en enfrentamientos con los soldados norteamericanos que se han desplegado en sus calles en las últimas horas.

El atentado de Basora se produjo después de que el plazo de 48 horas fijado por los secuestradores de ocho ciudadanos chinos concluyera sin que se tuvieran noticias de ellos. Al menos una treintena de los 170 extranjeros secuestrados en Irak desde el pasado abril han sido asesinados.

La Embajada china en Bagdad no quiso hacer ningún comentario cuando hacia las tres de la tarde (dos horas menos en la España peninsular) concluyeron las 48 horas. Los insurgentes han pedido a Pekín que prohiba la participación en la reconstrucción de Irak a sus empresas y ciudadanos. El Movimiento de la Resistencia Islámica amenazó el martes con matarles si el Gobierno de Pekín no aclaraba su postura. Aunque China se opuso a la invasión estadounidense, algunas compañías de ese país han logrado contratos, y particulares como los ocho secuestrados hallan atractivos salarios.

Los diplomáticos chinos seguían confiando en la mediación del Comité de Ulemas, la principal asociación religiosa suní que ya el pasado abril ayudó en la puesta en libertad de otros siete de sus ciudadanos y varios de otras nacionalidades. El martes, un portavoz del comité hizo un llamamiento a la liberación de todos los secuestrados con motivo de la Fiesta del Sacrificio.

En la actualidad, unos 30 extranjeros permanecen en paradero desconocido en Irak, entre ellos la periodista francesa Florence Aubenas y un trabajador de la empresa brasileña Odebrecht.