Los ex presidentes de la CNMV Croissier y Armesto declaran sobre la venta de FG

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha acelerado la investigación de las posibles irregularidades habidas en la compra de FG Inversiones Bursátiles por Merril Lynch. Ayer continuó la toma de declaraciones con la presencia en la Comisión de los ex presidentes Juan Fernández-Armesto y Luis Carlos Croissier y el ex vicepresidente Anibal Sánchez. Previamente, han pasado por el organismo el ex presidente de Merrill Lynch España, Claudio Aguirre, y la actual presidenta, Eva Castillo. El ex presidente de FG y actual presidente del BBVA, Francisco González, niega en un comunicado enviado ayer las irregularidades.

La Comisión de Valores cuenta ya con documentación que le permite reconstruir la compra de FG Inversiones Bursátiles por parte de Merrill Lynch y las supuestas irregularidades encontradas en la sociedad de valores durante las diligencias previas (due diligence) al cierre de la operación. Esta documentación fue solicitada a la filial española del banco, cuya presidenta, Eva Castillo, fue llamada por los responsables del organismo en el proceso de investigación abierto tras conocerse la existencia de unas cartas enviadas en julio de 1996 por el anterior presidente, Claudio Aguirre, al entonces jefe de la División de Sujetos de Mercado, Ramiro Martínez Pardo, y de cuya existencia no tiene constancia la CNMV.

Cabe la posibilidad, según fuentes cercanas al organismo, de que dicha documentación se encuentre en los almacenes que tiene en la localidad de Daganzo, cercana a Madrid. También es posible que se hayan destruido, de acuerdo con la política de destrucción de documentos que se estiman prescritos.

El objetivo de los responsables de la CNMV -con Manuel Conthe como presidente y Carlos Arenillas como vicepresidente- es acabar cuanto antes con el revuelo originado por la salida a la luz pública de esas cartas. Por ello, el martes iniciaron una investigación exhaustiva sobre la existencia de esos documentos y sobre la posible actuación irregular de la CNMV.

Los primeros en ser llamados por la CNMV fueron, precisamente, Claudio Aguirre y Eva Castillo. En el caso de Aguirre, se le solicitó la narración de los hechos desde el principio de acuerdo hasta las cartas en las que denunciaba las supuestas irregularidades. En ese periodo se pasó del acuerdo inicial de comprar FG por 12.000 millones de pesetas a otro que se reducía a 3.700 millones. El agujero de 800 millones se solventó, según González, con la incorporación de activos. En la documentación que obra en poder de la CNMV y Merrill Lynch se aportan una serie de operaciones en bonos entre sociedades interpuestas que supuestamente pudieron tapar el agujero.

González, que no ha sido llamado a declarar por la CNMV, difundió ayer un comunicado negando esas irregularidades. En él trata de justificar una operación que, asegura, se produjo en las condiciones pactadas inicialmente con el comprador y con el conocimiento de la CNMV. Para ello, González remitió ayer también cartas y documentos intercambiados con Merrill Lynch y otros enviados a la CNMV durante la operación, en 1996. González concluye que Merrill Lynch investigó las "posibles deficiencias contables", pero no dedujo "ninguna irregularidad".

Otra de las primeras llamadas realizadas por la CNMV fue a Martínez Pardo. Según fuentes consultadas, el ex directivo manifestó que no recordaba con detalle los pasos dados tras recibir la carta; pero que lo lógico era que pusiera a trabajar a sus subordinados para comprobar si la operación presentaba una auditoría limpia y no originaba ningún perjuicio para los clientes, y, posteriormente, seguir los conductos reglamentarios para informar a sus superiores. No obstante, no especificó si lo puso en conocimiento directo de Luis Carlos Croissier y Aníbal Sánchez, presidente y vicepresidentes del organismo en ese momento.

Martínez Pardo, que volverá hoy a declarar, fue preguntado si había mantenido alguna reunión con Aguirre y González en el despacho de éste cuando ya había sido nombrado por el PP presidente de Argentaria. En esa reunión habría participado también Juan Fernández-Armesto, que como abogado de Uría y Menéndez trabajaba para FG. Tanto Martínez Pardo como Fernández-Armesto han negado la existencia de esa reunión, aunque reconocen que sí hubo alguna en la sede de la CNMV.

Armesto acudió ayer por la mañana a la CNMV, donde, según las fuentes consultadas, subrayó que él no podía hacerse cargo de lo que había pasado en la Comisión antes de octubre de 1996, cuando asumió la presidencia de manos de Croissier, que, en cualquier caso, nunca tuvo noticias de las cartas.

También declaró ayer Croissier, quien comunicó que nunca tuvo conocimiento de las citadas cartas y que se encontraba muy extrañado que, dada la trascendencia que podía tener el asunto, los implicados no se hubieran dirigido directamente a él o al vicepresidente, Aníbal Sánchez, quien en su declaración se expresó en parecidos términos que Croissier. Fuentes cercanas a la Comisión reconocen que es extraño que eso sucediera así, porque si es verdad que el mero cambio de los términos de la operación no entrañaba modificación del resultado final, sí revestía importancia las posibles irregularidades denunciadas por Aguirre.