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Sanidad reconoce la difícil situación de los hospitales debido a la gripe

Varios centros han aplazado operaciones y abierto unidades de reserva

Los centros de salud y los grandes hospitales de la comunidad autónoma no dan abasto para atender a la población afectada por la gripe. El sistema sanitario se enfrenta a la peor epidemia de los tres últimos años y la semana pasada alcanzó ya un pico de 707 enfermos por cada 100.000 habitantes. La consecuencia ha sido la saturación de los hospitales, que incluso han tenido que aplazar las operaciones menos urgentes para ofrecer camas a los pacientes con sufren problemas respiratorios que se han visto agravados por la gripe. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, reconoció ayer la "difícil" situación que atraviesan los centros hospitalarios y el conjunto del sistema sanitario, y anunció la puesta en marcha de diferentes recursos para paliar la situación, como la habilitación de plantas de hospitalización y unidades destinadas a otros cometidos.

El hospital Txagorritxu de Vitoria es uno de los más afectados por la epidemia. Uno de sus neumólogos, Joaquín Durán, asegura que el centro nunca había vivido una situación tan complicada como la actual, con las operaciones menos urgentes aplazadas, el servicio de urgencias colapsado y las áreas de traumatología y medicina interna copadas por enfermos de gripe. "Estamos por encima del triple de nuestra capacidad", señala.

A pesar del mal momento, Durán quiere transmitir un mensaje de tranquilidad a la población. "Todos los pacientes van a ser atendidos, pero la población debe entender que los médicos están sobrepasados de trabajo y las cosas van más despacio de lo que desean los ciudadanos".

En Galdakao y Cruces, los dos principales hospitales vizcaínos, tanto las plantas de hospitalización como las urgencias se mantenían ayer saturados. Un portavoz sindical señaló que el martes en Galdakao llegaron a registrarse 90 pacientes en el servicio de urgencias, de los que "43 estaban encamados y 24 estaban pendientes". En este hospital, la dirección abrió la pasada semana la UCA, la unidad de cirugía ambulatoria, que se suele destinar para estancias de una o dos horas que muchas ni siquiera requieren el uso de la cama, y esta semana se ha habilitado por vez primera la Unidad de Catástrofes, donde hay 56 camas reservadas para grandes emergencias.

Un médico aseguró ayer que en Cruces lo habitual es que falten entre 10 y 20 camas. "En peores situaciones hemos llegado a un déficit de 40 y ahora faltan 60. Pero con ese déficit estructural, cualquier contingencia desborda la situación. En el hospital de Santa Marina, con una capacidad máxima de 172 camas, hay ahora ocupadas 198, ya que en las habitaciones de cuatro se ha metido una quinta. "Pero los pacientes están uno contra otro y no hay sitio para las visitas", señaló un facultativo, quien censuró que sólo haya seis neumólogos para atender a los pacientes. Los centros de salud también están desbordados y, según los trabajadores, "absorben patologías que, en caso contrario, colapsarían más los hospitales".

Aunque en Euskadi se vacunan miles de personas, la vacunación no protege para siempre y el virus suele ser muy cambiable. Cada temporada de invierno, en realidad de noviembre a marzo, se registran una o dos epidemias de gripe. El año pasado se registraron algunos casos en noviembre, pero no tuvieron mayor incidencia en el sistema. Sin embargo, a finales de diciembre y comienzos de este mes la situación comenzó a ser crítica. Lo que ha sorprendido en esta ocasión a los profesionales es la virulencia con que ha atacado el virus.

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