El Rey arranca el aplauso del Parlamento marroquí con su posición sobre el Sáhara

Era evidente el agrado que suscita en Marruecos la posición sobre el Sáhara adoptada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y ayer quedó doblemente confirmado, porque el Parlamento marroquí, en un pleno de las dos cámaras, aplaudió al rey Juan Carlos cuando reiteró que España quiere una solución negociada en el marco de la ONU, sin más referencias explícitas. Sólo otro pasaje de su discurso, valorado como "histórico" por los marroquíes, fue interrumpido con aplausos: el relativo a la inmigración, que el Rey desarrolló sin esconder su dramatismo.

La intervención de don Juan Carlos en una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y de la Cámara de Consejeros del Parlamento de Marruecos marcó ayer el cénit político de la visita que los Reyes giran a Marruecos, y un hito histórico. "El hecho de que honréis al Parlamento marroquí hoy día con vuestra presencia permanecerá como un gran acontecimiento, grabado siempre en la memoria de esta institución y en la historia de las relaciones bilaterales", dijo el presidente de la Cámara de los Representantes, Abdelhawad Radi.

Los "vínculos fraternales" que mantuvo con Hassan II, a cuya tumba rindió ayer homenaje, "mantenidos y fortalecidos" ahora con su hijo, Mohamed VI, fueron esgrimidos por el Rey como argumentos adicionales de autoridad para hablar a los legisladores marroquíes, "consciente de la trascendencia del momento que vivimos". "Un momento en el que nuestros dos pueblos deben seguir empeñados en construir un futuro de paz, progreso y entendimiento recíproco", añadió el monarca.

El discurso del Rey fue, de hecho, un compendio de los logros en las relaciones bilaterales, que arrancó de la referencia histórica a la civilización de Al Andalus para desembocar en un llamamiento a "seguir la tarea de mantener y estimular la imagen positiva que tenemos en España de la cultura arábiga y, en consecuencia, de la civilización islámica". Don Juan Carlos no escatimó propuestas concretas para ese camino del "reencuentro en el nuevo milenio" ni referencias a los problemas específicos que han lastrado las relaciones.

Sobre el Sáhara, dijo: "España tiene especial interés en ayudar a acercar posiciones para conseguir una solución consensuada, justa y definitiva, negociada por todas las partes concernidas, en el marco de la legalidad internacional y de los esfuerzos de las Naciones Unidas". Como la víspera, en su discurso de la cena de gala, el Rey no hizo más referencia explícita al Plan Baker de la ONU, que rechaza Marruecos y cuya aplicación inmediata exigen el Polisario y Argelia. Esto explica el aplauso de la Cámara. Está previsto que los Reyes viajen a Argelia este año.

Inmigrantes engañados

En relación con la inmigración, don Juan Carlos pidió un esfuerzo para "promover campañas de información que inviten a la juventud a la prudencia. Campañas que no permitan la difusión de ilusiones infundadas y, sobre todo, de engaños interesados", añadió, antes de advertir: "No podemos permitir que los mares que nos unen se conviertan en fosa común de vidas segadas en su plenitud, de hombres y mujeres jóvenes, esforzados y valientes, desorientados y mal aconsejados".

El Rey afirmó que "la cooperación entre Gendarmería y Guardia Civil ha mejorado considerablemente" y que la "inmigración clandestina ha comenzado a disminuir". También defendió las nuevas normas españolas en la materia, por el esfuerzo regularizador y la garantía de los derechos de los inmigrantes que implican. Los aplausos surgieron aquí, cuando don Juan Carlos hizo el elogio de los marroquíes que residen legalmente en España.

Las coincidencias entre España y Marruecos en la escena internacional le llevaron al Rey a formular esta posición sobre Irak particularmente clara: "Naciones Unidas es el mejor marco en que cabe esperar alcanzar una solución al grave problema de Irak, tanto en el aspecto político de reconstitución del Estado y de la paz ciudadana, como en la imperiosa necesidad de reconstrucción de las infraestructuras y del aparato productivo".

Don Juan Carlos formuló, por otra parte, algunas propuestas específicas para potenciar las relaciones hispano-marroquíes, como la de "desarrollar plenamente los mecanismos de la diplomacia parlamentaria, a través de los encuentros de presidentes de las cámaras y del trabajo de comisiones".

También expresó el apoyo de España al estrechamiento de las relaciones de Marruecos con la Unión Europea y a la integración del Magreb, que pasa por la resolución del conflicto del Sáhara, dijo, e hizo un llamamiento a favor de la Alianza de Civilizaciones propuesta en la ONU por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a fin de evitar que "se eleve un muro de incomprensión entre Occidente y el mundo islámico". Marruecos apoya este proyecto.