"Pido responsabilidad histórica a Zapatero"
Pregunta. Tras la reciente reunión entre Zapatero y el lehendakari Ibarretxe, ¿cómo percibe la postura del Gobierno central?
Respuesta. Por el momento, es sorprendente e inexplicable. No podemos conformarnos con esperar a que se produzca un choque de legitimidades, de legalidades, porque no es el mejor escenario. Pero aún estamos a tiempo de buscar soluciones, de negociar y llegar a acuerdos.
P.La aprobación por el Parlamento vasco de la propuesta de Ibarretxe ha provocado una tormenta política de incalculables consecuencias. Para muchos, el futuro es incierto, ha aumentado la crispación y crecen las perspectivas de enfrentamiento.
R. Desde mi punto de vista, la tormenta es, por un lado, mediática, y también se da en el ámbito de los representantes políticos. No es, desde luego, una tormenta social en Euskadi.
"Recordando el escenario de 1979, estamos dispuestos a jugar en serio, a llevar a cabo la segunda transición que resuelva el problema vasco"
"No podemos esperar a que se produzca un choque de legitimidades y de legalidades. Aún estamos a tiempo de buscar soluciones y llegar a acuerdos"
P. Pero sí existe una creciente inquietud.
R. También hay ilusión; depende de los sectores en los que uno pueda captar la opinión vasca. El resultado de la votación del día 30 fue una sorpresa para todos, pero al final existe una voluntad mayoritaria expresada en la Cámara y, por tanto, tenemos una nueva propuesta de Estatuto entre manos, que nace con la legalidad y la legitimidad democráticas. Ahora lo que corresponde, fundamentalmente, es continuar con el procedimiento democrático y, además, de forma razonable, bajar esta presión artificial que existe en estos momentos en la caldera.
P.¿Cómo se puede reformar un Estatuto sin lograr el mismo consenso que logró el anterior? El valor central del Estatuto de Gernika radicaba y radica en ser punto político de encuentro de la pluralidad de la sociedad vasca.
R. Los mecanismos establecidos en el Estatuto de Gernika han sido cumplidos en cuanto a la modificación estatutaria. Por tanto, procede seguir con los procedimientos democráticos e institucionales y, desde luego, nadie puede ampararse en este sentido en la falta de legalidad o de legitimidad de la propuesta que está encima de la mesa. Ahora bien, no ha terminado el camino, y tenemos que abrir las puertas, a través del escenario negociador, para que los consensos y los acuerdos al final sean más amplios. Y estoy convencido que debemos alcanzar ese objetivo. Pero hay que decir también con claridad que PP y PSOE se han cerrado sistemáticamente a cualquier espacio negociador. Insisto: aún es tiempo de que el partido socialista opte por el acuerdo, opte por la negociación y no por el bloqueo sistemático de las posiciones.
P. Pero lo que aparece hasta ahora es que se sigue imponiendo unilateralmente un proyecto sólo para nacionalistas.
R. No entiendo por qué. Es un proyecto para el conjunto de la ciudadanía vasca.
P. Basta con leer el preámbulo de la propuesta, cuando habla de los siete territorios, de Navarra, de autodeterminación o libre asociación. ¿No cree lógico que los no nacionalistas puedan sentirse excluidos del diálogo?
R.En primer lugar, el rechazo al diálogo y al acuerdo en torno a esta cuestión por el PP y el PSOE ha sido en todo momento rotundo. A partir de aquí se pueden compartir o no aspectos de este texto y me parece legítimo que haya formaciones políticas que no lo hagan. Por eso digo que todavía es tiempo para que estemos todos a la altura de nuestra propia responsabilidad. En estos momentos nos corresponde buscar los caminos para que el plan pueda ser negociable y, desde luego, lograr apoyos como mínimo tan amplios en la sociedad como los que tuvo en su momento el Estatuto de Gernika.
P. Hablemos de la aprobación de la propuesta el 30 de diciembre. ¿No piensa que aceptar los votos de Batasuna es al menos discutible moral y éticamente?
R.Se refiere a los tres votos que recibieron el PP y el PSE...
P. No, creo que me ha entendido. ¿Se dan cuenta de que miles de vascos amenazados se pueden sentir engañados por una promesa incumplida?
R.O sea, que los tres votos que reciben PNV, EA y EB están contaminados y los tres que reciben el PSE y el PP el mismo día no lo están. Y los seis que estos partidos utilizaron el 28 de diciembre en el pleno presupuestario, tampoco. Le puedo citar más ejemplos.
P.Sí, pero estamos hablando del proyecto más importante de esta legislatura. El lehendakari dijo varias veces que no aceptaría los votos de Batasuna.
R.Como portavoz de Gobierno, en 2002 propuse en sede parlamentaria al PP y al partido socialista que en tanto en cuanto ETA existiese y hubiese violencia y amenazas en este país, los votos de Batasuna a efectos parlamentarios no contasen. Esta propuesta fue rechazada por esos dos partidos.
P.En 15 días hemos cambiado de escenario y ETA, pese a su aparente debilidad, es, una vez más, protagonista de la política vasca.
R.Para que ETA o Batasuna no tengan la llave de la política vasca es necesario de forma inmediata abrir una negociación en torno al texto institucional que ha sido aprobado por la mayoría absoluta de la Cámara vasca. Ése es el escenario que más puede favorecer la estabilidad institucional y política en Euskadi. El otro escenario, el de los bloqueos, nos lleva a enfrentamientos de legitimidades.
P. Ibarretxe ha repetido que ETA no marcaría el calendario, pero lo sigue haciendo.
R.Debemos ser capaces a través de la apertura de ese espacio negociador de buscar el entendimiento para que ETA no marque el calendario. Está en nuestras manos. La responsabilidad es nuestra, del conjunto de formaciones políticas, de abrir un espacio de negociación como en 1979. Afortunadamente, entonces hubo otra visión, un espíritu de la transición diferente. ¿Estamos dispuestos a jugarlo en serio? ¿Estamos dispuestos a llevar a cabo la segunda transición que resuelva el problema vasco?
P.¿Cómo desean que se lleve el debate si se produce?
R.Hay un procedimiento establecido, pero es evidente que en paralelo debiera haber una negociación política.
P. En este momento, la relación de fuerzas es bastante clara y, si se produce el debate, se rechazará el proyecto en las Cortes.
R.¿Y por qué se debería rechazar?
P. En principio, hay una mayoría en contra.
R. Bloquear de entrada un escenario negociador es una irresponsabilidad política.
P.¿Qué le pediría al Gobierno de Zapatero?
R. Altura de miras y responsabilidad histórica.
P. Muchos dicen que el problema, en realidad, no está en Madrid, sino en la sociedad vasca y que la propuesta de Ibarretxe persigue esa llamada "construcción nacional" o un Lizarra bis.
R.Esto no tiene nada que ver con Lizarra.
P.¿No es absurdo hablar ahora de un plan nacionalista, soberanista, cuando miles de ciudadanos no son libres? Volvemos a lo de siempre: ¿cuál es la prioridad?
R. El plan no es soberanista.
P.¿No? ¿Me puede concretar?
R. El plan no lo define; ni siquiera define a la sociedad vasca o al pueblo vasco como sujeto de soberanía, en términos generales. Por tanto, no es un plan soberanista. Creo que es una propuesta que enlaza mucho más con lo que pueden ser posiciones de cosoberanía, de pacto o de acuerdo que incluso tienen tradición histórica en la sociedad vasca muy superior al ámbito del nacionalismo. Puede enlazar incluso con todo lo que puede ser el principio pactista de las posiciones juristas. Ése es el núcleo de la propuesta. De hecho, es una decisión dirigida a compartir un Estado.
P.Entonces, es usted partidario de que Euskadi siga formando parte del Estado español.
R.Es evidente; por eso hemos puesto esta propuesta sobre la mesa. Es que no es una propuesta para dividir; no es una propuesta para irnos, es una propuesta para quedarnos, es decidir para compartir.
P.¿Qué garantías pueden tener los no nacionalistas cuando se afirma que es más vasco el que apoya el plan?
R. Vascos somos todos. La propuesta deja bien claro que todos somos ciudadanos vascos y nacionales vascos. Por tanto, no hagamos falsos debates.
P.¿Ve posibilidades de acercamiento con el Partido Popular?
R. En cuanto a nuestra propuesta, el PP está creando una alarma indebida en la sociedad española, que, desde luego, tiene algo que ver con la mentira y la manipulación que este partido sigue practicando. Pedimos serenidad, calma y responsabilidad.
P.¿Estarían dispuestos a replantearse algunos aspectos del plan Ibarretxe?
R.Con todo mi respeto a los medios de comunicación, que cumplen su papel, las negociaciones no se llevan a cabo en la prensa. Simplemente digo una cosa: tenemos una propuesta que es abierta y estamos dispuestos a negociar, a replantearnos muchas cosas, como cuando uno negocia en su trabajo, en su familia, con sus amigos...
P.¿Y paralelamente se tendrá que volver a replantear en Euskadi, como pide el PSE-EE?
R. No sé por qué está nervioso el partido socialista en esta materia, cuando hemos mostrado la vocación de estar abiertos a la negociación. En segundo lugar, hemos dicho que nuestro objetivo es alcanzar acuerdos y mayorías sociales equivalentes a las que obtuvo en su tiempo el Estatuto de Gernika. Además, estamos convencidos de que la propuesta, desde el punto de vista político, tiene que contar con la adhesión del conjunto de territorios de la comunidad autónoma, incluida obviamente Álava. Y lo repito: sólo podrá existir una consulta en un escenario de desaparición definitiva, con garantías, de la violencia.
P. Usted decía que el plan es para seguir dentro del Estado español en convivencia. ¿Entonces no cree que la sociedad vasca quiera separarse de España?
R.Creo que no es el debate del siglo XXI.
P.¿Qué consulta quieren plantear entonces?
R.No creo en las fronteras, no creo en los estados en el siglo XXI. Si soy un apasionado del proceso europeo es porque no creo en el Estado-nación como estructura política de futuro. No creo en las fronteras, y no las quiero ni en el Ebro ni en el Adur. No es mi objetivo político. No son además tiempos de independencia, son tiempos de interdependencia. Por eso tenemos que garantizar instrumentos de autogobierno que nos permitan jugar en este nuevo tablero.
P. A corto plazo, tenemos nuevas elecciones. ¿No tienen miedo de que se vuelva al periodo de la confrontación que se vivió en las elecciones de 2001, que la campaña se convierta otra vez en una especie de plebiscito España contra Euskadi, o que volvamos al victimismo nacionalista, diciendo "Madrid no nos entiende"?
R.Eso se soluciona fácilmente. Zapatero tiene la llave. Si no se llega a posturas intransigentes de bloqueo y se abre un escenario razonable de negociación no habrá partido "Madrid-Euskadi". No habrá victimismo; habrá escenario de negociación, puertas abiertas al futuro y acuerdos de estabilidad. Ése es el campo de juego en que tenemos que jugar.
P.No hemos hablado del PNV. Usted lleva ya un año en la presidencia. Dicen que el último movimiento de Sozialista Abertzaleak ha debilitado las posiciones pactistas de Josu Jon Imaz.
R.Las posiciones pactistas, que han sido siempre elemento nuclear en la historia del PNV, están en este momento tan vigentes o más que nunca.
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