La Generalitat impulsará las universidades ubicadas en Girona, Lleida y Tarragona

El Gobierno de la Generalitat tiene dos prioridades en el ámbito universitario: potenciar el desarrollo de los centros situados fuera del área metropolitana y reducir las importantes diferencias de inversión por estudiante entre las siete universidades públicas catalanas. Esto se desprende de los presupuestos de 2005 para el sistema universitario, que suponen 602 millones de euros, lo que significa un aumento de algo más del 8% respecto a 2004.

Carles Solà, consejero de Universidades, subrayó ayer que en gobiernos pasados "hubo cierto trato discriminatorio" con las universidades de Girona (UdG), Lleida (UdL) y la Rovira i Virgili (URV) en Tarragona, y que "el objetivo político" del actual Ejecutivo es impulsar estos centros para que reciban un "trato más igualitario" con respecto a los centros barceloneses.

El consejero explicó que es necesario apoyar estas universidades con medidas de refuerzo porque convierten la zona donde están ubicadas en "áreas económicas y sociales de influencia" y porque

hay que ayudarlas en su preparación de la puesta en marcha del espacio europeo de educación superior, previsto para 2010. Estas nuevas medidas de impulso -que próximamente serán aprobadas por el Parlament a partir de una iniciativa legislativa que les dé carácter estable- serán la creación de un fondo territorial, que adjudica un millón de euros

extra a cada una de estas universidades, y el impulso preferencial de la investigación en estas zonas. Además, algunas universidades ven incrementada sustantivamente su financiación para este año, como es el caso de la URV, que supera en un 15% su presupuesto respecto a 2004.

"Presupuesto insuficiente"

Otra novedad del nuevo modelo de financiación, el primero elaborado por el tripartito, es que recorta la desigualdad de inversión entre alumnos de los diferentes centros catalanes: por ejemplo, en 2002, un alumno de la Pompeu Fabra (UPF) suponía un gasto de 5.620 euros anuales, mientras que los de la URV no alcanzaban los 3.700. Solà subrayó que, con la nueva política financiera, las diferencias máximas que se dan entre centros este año es inferior a 1.300 euros entre alumnos de distintas universidades. Por otra parte, el modelo crea dos fuentes de financiación: la subvención fija, de unos 90,4 millones de euros entre todas por "el simple hecho de ser universidades y para que no tengan la presión de tener que acaparar nuevos estudiantes sea como sea", dijo Solà. La otra fuente es la subvención básica, que no sólo distribuye el presupuesto entre las universidades en función del aumento del número de alumnos o la creación de nuevas titulaciones como se hacía en años pasados, sino que también primará servicios o actividades que velen por la calidad del centro, como la atención a los estudiantes y las bolsas de trabajo.

Solà reconoció ayer que el nuevo sistema de financiación no cuenta con el consenso de todos los centros. "Es lógico que no les parezca bien a todas [las universidades]", explicó.

La URV consideró ayer positivos estos cambios, ya que estas medidas "ayudan a salir de una situación de angustia presupuestaria que hacía difícil afrontar el proyecto de convergencia europea".

El rector de la UAB, Lluís Ferrer, también mostró su apoyo a las medidas que disminuyen las diferencias entre los centros "porque antes eran excesivas", pero subrayó que el presupuesto de este año sigue siendo "totalmente insuficiente" para afrontar las necesidades del sistema universitario. El vicerrector de Economía, Promoción y Servicios de la UPF, Daniel Serra, tildó el modelo de "decepcionante" ya que, a su entender, los indicadores para recibir recursos no son "por resultados, sino por el volumen de generación de docencia", informa Europa Press.