Ibarretxe secuestrado
¡Ha salido adelante el plan Ibarretxe o ha sido herido de muerte?. Ibarretxe, en todo caso, ha sido secuestrado por Arnaldo Otegi y su grupo, Sozialista Abertzaleak, siguiendo las consignas de Josu Ternera. El lehendakari Ibarretxe sabe muy bien que su Plan va a ser rechazado solemnemente por el Parlamento español pero, además, ya ha quedado invalidado en el Parlamento Vasco porque Otegi le ha puesto en la picota y le ha convertido en su marionata.
Las frases lapidarias de Arnaldo Otegi han tenido por objeto arrinconar contra las cuerdas al nacionalismo de traje y corbata del Partido Nacionalista Vasco, capaz de hacer un plan que raya el secesionismo pero incapaz de plantear un proceso independentista, entre otras cosas porque en su base social hay empresarios y prebostes de la actividad económica que no están dispuestos a romper los lazos de negocio que les unen con su mercado preferente que es España, por más que la economía se haya globalizado.
Lo razonable hubiera sido que el PNV retirase el Plan el mismo día de la elección de Josu Jon Imaz
Otegi y Ternera, de un plumazo, han convertido al 'lehendakari' y al Parlamento en meros espantajos a su servicio
La indignidad de Ibarretxe ha sido no rechazar los tres apoyos "batasunos", no haber reaccionado con inmediatez a la estrategia de Arnaldo Otegi y Josu Ternera que, de un plumazo, han convertido al lehendakari y al Parlamento vasco en meros espantajos a su servicio. He dicho de un plumazo aunque no sé bien si la carta de Josu Ternera ha sido escrita con pluma o con bolígrafo, lo cierto es que la decisión de SA, al parecer, ha precisado del beneplácito del prófugo Ternera, asesino confeso al que el PNV aceptó sin rechistar como defensor de derechos humanos en el Parlamento.
Socialista Abertzaleak se ha convertido en un prestamista aunque no sepamos bien si Ibarretxe ha solicitado el préstamo con antelación o no. En todo caso, no lo ha rechazado, para su vergüenza, y ha sonreído satisfecho cuando ha visto aprobado su Plan de manera tan indigna.
¿Está dispuesto Ibarretxe a aceptar las condiciones que le han sido impuestas? ¿Cómo va a responder a la cicatería de Otegi que sólo le ha prestado la mitad de sus pertrechos, dejando la otra mitad para rechazar el Estatuto actual y el propio Plan? A tenor de lo ocurrido ahora resulta que Otegi, -que ha sido uno de los tres votos favorables-, ha dicho sí al proyecto de Ibarretxe que "repite todos y cada uno de los errores de hace 25 años", según sus propias palabras.
Porque, si como también dijo Otegi dirigiéndose al lehendakari, "no tienen 39 votos para pactar un nuevo estatuto sino...", ¿para qué son? El plan Ibarretxe es, según ha sido explicado, un proyecto de un nuevo estatuto, y la aprobación de cualquier nuevo estatuto requiere de negociaciones, luego Otegi ha puesto la punta de la navaja en la espalda de Ibarretxe y aparecerá en un discreto segundo término en las fotos en que Ibarretxe, Errazti y Madrazo se muestren sonrientes ante este triste éxito que, no tengo ninguna duda, ya les está quemando en las manos.
El plan Ibarretxe fue un experimento para ser usado en el seno del nacionalismo. Sólo una disciplina administrada de forma implacable e irracional ha hecho posible que el PNV no saliera roto en varios pedazos dejando ver que, como todos los partidos políticos, sólo es un aparato represor de las voces críticas, aunque con pies de barro. Fue la soberbia la que llevó al PNV a convertir el Plan en un producto propagandístico ante todos los vascos y vascas, y han sido las técnicas publicitarias las que han hecho creer a muchos que se trata de un Plan para que decidan su futuro. El fraude a los ciudadanos deriva del hecho de que lo que el nacionalismo va a poner a elección de los vascos no es una opción abierta y amplia, -que pudiera abarcar desde la independencia hasta la derogación de cualquier forma de estatuto-, sino que se ciñe a las estrechas miras de los más quiméricos del PNV. Lo razonable hubiera sido que el PNV hubiera retirado el Plan el mismo día que, con la elección de Imaz en sustitución de Arzalluz, quiso mostrar a todos que terminaban sus crisis, porque la situación en que ha degenerado este proceso es una trampa en red de la que muy difícilmente va a poder librarse el propio Imaz.
Pero, allá ellos. El PNV recoge el fruto lógico de las semillas que sembró. Ahora está más solo que nunca porque sus ocasionales acompañantes, EA y EB, solo lo son por la servidumbre derivada de estar presidiendo sus respectivas consejerías y para seguir sustentando sus débiles estructuras. Eso sí, quien siempre va a acompañar a Ibarretxe será el navajero Otegi que, -como todos los navajeros, casi siempre astu-tos-, no le va a permitir "trapichear con Madrid como hicieron hace 25 años".
Ante esto cabe una pregunta llena de resignación: ¿Será tal la irresponsabilidad y desesperación de Ibarretxe como para "trapichear" con Otegi y Josu Ternera? Todo es posible. Ibarretxe está envuelto en llamas porque lleva demasiado tiempo manoteando en las brasas, pero su semblante es el de un hombre contento...¡Vamos, como un niño con zapatos nuevos, pero con los zapatos llenos de chinitas dolorosas!
Josu Montalban es portavoz adjunto del PSE en las Juntas Generales de Vizcaya.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.