Abu Mazen promete recuperar Jerusalén
El candidato oficial a la presidencia se compromete a restablecer el orden en el cierre de campaña
Mahmud Abbas, conocido como Abu Mazen, el candidato oficial a las elecciones presidenciales palestinas que se celebrarán mañana domingo, prometió ayer poner en pie el Estado palestino y hacer de Jerusalén Este su capital. El mensaje de Abbas supone un compromiso histórico, que le vincula de manera tajante con el fallecido presidente Yasir Arafat, que dedicó toda su vida a tratar de convertir este doble objetivo en una realidad. Mahmud Abbas lanzó el mensaje en el cierre de la campaña, a las puertas de Jerusalén, en el suburbio árabe de Bir Nabala, para repetirlo después en una rueda de prensa en Ramala. "Al Qods [Jerusalén Este] nos pertenece. Nos comprometemos a crear el Estado de Palestina, con Jerusalén como capital", declaró Abbas.
Como si su mensaje no fuera suficientemente nítido, parafraseó a continuación algunas de las frases pronunciadas por el fallecido presidente Arafat durante estos últimos años y aseguró: "Marcharemos hacia Jerusalén por millones, como hombres libres".
Mahmud Abbas, que en principio había anunciado que finalizaría la campaña electoral con una visita a Jerusalén Este, decidió el jueves a última hora cancelar el desplazamiento para evitar incidentes con las fuerzas de seguridad y el Gobierno israelí, que han venido tomando policialmente la ciudad, prohibiendo cualquier acto publico político abierto. El candidato oficial, en un gesto de prudencia y cautela, optó ayer finalmente por una visita simbólica y fugaz a uno de los suburbios árabes, más deprimidos.
El mensaje de Mahmud Abbas era al mismo tiempo una llamada a los electores palestinos, residentes en Jerusalén Este, a participar en las elecciones presidenciales, a pesar del miedo y las presiones que de manera sutil ha venido ejerciendo durante todo el periodo preelectoral el Gobierno de Ariel Sharon. La gran parte de los palestinos temen que las fuerzas de seguridad israelí tomen represalias sobre ellos si van a votar y les retiren la documentación que los permite vivir en la ciudad y beneficiarse de la seguridad social. Muchos de los electores temen ser incluso gravados por las cámaras de vídeo de las oficinas de correo, convertidas en esta ocasión y en esta zona en colegios electorales.
Los temores de los ciudadanos palestinos de Jerusalén por votar quedan demostrados con un dato elocuente; solo unos 5.000 palestinos, de los 120.000 electores de la ciudad -el censo es de unos 250.000 árabes-, se han inscrito en las listas. La comisión electoral, consciente de estos temores, ha habilitado colegios electorales especiales para los jerosolimitanos en las ciudades próximas, como Ramala o Belén, para eludir así posibles controles israelíes. Pero aun así, si los 5.000 inscritos fueran a votar ello supondría un récord con respecto a 1996, en que osaron acercarse a las urnas tan sólo unos 1.000 electores.
Pero Mahmud Abbas, antes de cerrar la campaña electoral y de que empezara la jornada de reflexión, quiso hacer otras muchas promesas, que quedaron explicitadas en una conferencia de prensa celebrada en Ramala. Allí se comprometió a formar un Gobierno fuerte que permita "acabar con el caos de las armas", pero sin caer en tentaciones autoritarias, facilitando así "un pluralismo democrático".
Confirmó que el actual primer ministro y amigo, Ahmed Qurei (Abu Alá), continuaría teniendo su confianza, aunque le pediría reestructurar su Gobierno. En su mensaje dejó también abiertas las puertas a la declaración de una tregua en la Intifada, ya que en su opinión los dirigentes radicales le han manifestado los "anhelos de vivir en paz y acabar con la persecución de que son objeto por parte del Ejército israelí". Abordó también la unificación de las fuerzas policiales y desveló que el actual Gobierno estaba trabajando en una serie de proyectos de ley que acabarán con la dispersión y rivalidades de los cuerpos de seguridad palestina.
"Nuestra posición y reivindicaciones están reflejadas fielmente en la Hoja de Ruta [el plan de paz impulsado por Estados Unidos]", repitió una y otra vez el candidato oficial, cuando los periodistas le preguntaron sobre sus planes con respecto a temas claves y delicados como por ejemplo los refugiados, o las negociaciones de paz con los israelíes. En esta misma línea de conciliación evitó lanzar críticas sobre el primer ministro, Ariel Sharon, y anunció su intención de "negociar con él" si es elegido. "Es es el primer ministro elegido por Israel, y no tengo más remedio que aceptarlo", afirmó el candidato.
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