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Ninguno de los 12 estuarios de la comunidad autónoma está libre de contaminación

Ninguno de los 12 estuarios vascos ha logrado todavía eliminar la contaminación, pese a la mejoría lograda en los últimos años. En tres casos (Oiartzun, Oka y Urumea) persiste la fuerte contaminación, según el informe anual del Departamento de Medio Ambiente. La situación es mucho mejor en las aguas litorales: siete de las 12 cuencas se encuentran sin ningún tipo de toxicidad.

El análisis que desde la década de los 90 elabora Medio Ambiente sobre la situación de los estuarios no ha arrojado muchas novedades en 2003, año al que corresponde el último informe. De las 32 estaciones de muestreo de las desembocaduras de los ríos analizadas en ese ejercicio, sólo en tres se detectó una nula contaminación: una de las dos examinadas en el Barbadun, una de las cinco del Ibaizabal y una de las dos del Lea.

El estudio del Gobierno revela que lo habitual es la existencia de una toxicidad media, el tercero de los cinco niveles establecidos para medir la situación medioambiental de los estuarios. Los otros cuatro son la nula contaminación, ligera, fuerte y extrema. Ocho de las cuencas presentan ese tercer nivel, mientras que solamente una (Butrón) aparece en un estado mejor con una calificación de ligera contaminación.

"Las situaciones problemáticas se dan especialmente en los puntos más interiores y por tanto con mayor influencia fluvial", dice el informe. Catorce de los 53 ríos presentaban en 2003 una grave contaminación, aunque ha habido mejorías puesto que en 2001 la cifra se elevaba a 29 ríos.

El estudio destaca la buena evolución en el estuario del Nervión, que hasta 2001 registraba una contaminación extrema en su parte interior. "A pesar de que falte mucho aún para llegar a una situación óptima, se alcanza una calificación de contaminación media". El estudio agrega que los estuarios del Urumea, Oiartzun y Oka son los que en 2003 mostraron los peores resultados, mientras que las mejores calificaciones correspondieron a los del Butrón, Barbadun, Bidasoa y Lea.

En las aguas litorales, el panorama es mejor. Siete de las 12 cuencas no presentan contaminación, frente a las cinco que se encontraban en esta situación en 2002. Además, sólo una de las 17 estaciones de muestreo, correspondiente a la de Oiartzun, señala una toxicidad media.

El informe agrega que, tanto en las aguas de los estuarios como en las costeras, los agentes más nocivos para el medio ambiente son la presión urbana, industrial y portuaria, los saneamientos y depuraciones ineficaces y los dragados y las infraestructuras portuarias. En este último caso recuerda que se produce el movimiento de sedimentos que a su vez contaminan las aguas. "Son relevantes las obras que se realizan en las cercanías de las estaciones de muestreo y los vertidos accidentales", indica el Departamento de Medio Ambiente, que añade que las obras de saneamiento y el cierre de empresas contaminantes son factores determinantes para la mejoría de estas aguas.

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