Un indonesio es rescatado por un barco mercante tras ocho días agarrado a un tronco

Un superviviente del tsunami, Rizal Shahputra, de 23 años, natural de la devastada provincia indonesia de Aceh, fue rescatado por un barco mercante procedente de Suráfrica después de aguantar ocho días a flote sobre un tronco arrancado de la tierra por la fuerza del maremoto en medio del océano Índico, según informaron funcionarios de Malaisia. Rizal sobrevivió a su odisea bebiendo agua de lluvia y comiendo cocos que flotaban en el mar, y aparte de algunos cortes en las piernas aparecía sorprendentemente en buen estado de salud cuando llegó al puerto malaisio de Port Klang.

Uno de los miembros de la tripulación del mercante, Huang Wen Feng, contó: "Cuando le vi me llevé una sorpresa. Me hacía señas con los brazos, de pie sobre algo que parecía un tronco de árbol". El barco rescató a Rizal Shahputra el lunes por la tarde a 100 millas náuticas dentro del océano (180 kilómetros).

El superviviente contó que estaba limpiando una mezquita cuando el tsunami arrasó su pueblo. "Todo el mundo se ahogó, mi familia también. Había cadáveres por todas partes a mi alrededor". Huang dijo que Rizal tenía buena salud cuando le rescataron, pero fue llevado al hospital.

El rescate de Rizal es el segundo que se produce en medio del mar por un barco malaisio. El pasado viernes un atunero rescató a una mujer de 23 años, también de Aceh, que se mantuvo a flote durante cinco días sobre el tronco de una palmera después de ser arrastrada por el maremoto. Más de 94.000 indonesios han muerto por el tsunami.

Por otro lado, las autoridades de Indonesia han adoptado medidas para proteger de los traficantes a los niños desplazados o huérfanos a causa del desastre. Los niños menores de 16 años han sido especialmente afectados en la provincia de Aceh, y se cree que el desastre ha dejado al menos a 13.000 niños huérfanos en la región.

John Budd, un portavoz de Unicef, dijo ayer que las agencias humanitarias están expresando temor de que miembros de bandas criminales se estén haciendo pasar por padres o trabajadores humanitarios para llegar hasta los niños.