_
_
_
_
_
EL DEBATE POLÍTICO EN EL PAÍS VASCO

Atutxa da por aprobados los Presupuestos al no aceptar un voto por "fuera de tiempo"

El PSE acusa al presidente de la Cámara de "pucherazo electrónico" por no repetir la votación

Pedro Gorospe

El presidente del Parlamento vasco, el peneuvista Juan María Atutxa, permitió ayer la aprobación de los Presupuestos del Ejecutivo autónomo para 2005 al no aceptar un voto "fuera de tiempo" de una parlamentaria socialista, lo que hubiese supuesto un empate a 37 votos. El PSE acusó inmediatamente a Atutxa de "pucherazo electrónico" para evitar una nueva devolución de las cuentas, que hubiese sucedido de haberse registrado, como todo apuntaba, tres empates consecutivos. Atutxa, siempre muy flexible con el Reglamento de la Cámara, favoreció ayer a los partidos que apoyaban las cuentas (PNV, EA, EB y Unidad Alavesa) al negarse a repetir la votación como le exigieron en repetidas ocasiones los socialistas.

Más información
El PSE exige una verificación independiente del sistema de escrutinio
El presidente del Parlamento vasco asegura que se han impuesto la justicia y la verdad

A las nueve de la mañana, media hora antes del inicio del pleno, todos los grupos habían pasado lista a sus parlamentarios. Una sola ausencia hubiese desequilibrado las fuerzas en una votación que se presentaba empatada. A los 36 escaños del tripartito (PNV, EA y EB) se sumó hace tres semanas la parlamentaria de UA Enriqueta Benito, que cerró un acuerdo con la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, para apoyar las cuentas.

En contra del proyecto, la oposición de PSE, Partido Popular y Sozialista Abertzaleak, que sumaba otros 37 escaños, ya que Juan Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, representante de SA, ha perdido su acta por decisión judicial tras huir de la justicia. Tres empates sucesivos y las cuentas, que suman 7.117 millones de euros, un 6,8% más que este año, hubiesen vuelto al Ejecutivo por segunda vez consecutiva.

El Ejecutivo de Juan José Ibarretxe ha gobernado este año con los Presupuestos de 2003 prorrogados, que consiguió aprobar gracias a la tardanza del popular Jaime Mayor Oreja en llegar a la votación decisiva en diciembre de 2002.

Ese empate era la situación a las 12.42, cuando, tras tres horas de debate, en el panel luminoso saltó la sorpresa. El punto correspondiente al escaño de la socialista Irene Novales estaba apagado, pese a que la diputada se hallaba sentada en el mismo. Pulsaba una y otra vez los botones, pero no se reflejaba en el resultado. Tras 22 segundos de votación, el panel dio la victoria al Gobierno: 37 a 36.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"No podía votar"

Entre los fuertes aplausos de los bancos del Gobierno, el portavoz del PSE, Rodolfo Ares, pidió inmediatamente la palabra desde su escaño para reclamar a Atutxa que repitiese la votación: "Toda la Cámara ha comprobado la intención de voto de mi compañera y la imposibilidad de emitirlo. Le ruego por favor que adopte las medidas necesarias repitiendo la votación y subsanando las deficiencias técnicas para que pueda emitir su voto", dijo.

Atutxa, quien los tres últimos años ha impuesto personalmente una interpretación del Reglamento que facilita la no devolución de las cuentas al Ejecutivo al ordenar la votación por separado de las enmiendas de totalidad, no atendió la petición. La propia Irene Novales hacía gestos ostensibles desde su escaño de que algo extraño sucedía. "No podía votar. Yo activé mi tarjeta y es mentira que la dejara desactivada. No pude ejercer mi derecho a voto y lo siento muchísimo", insistía horas después.

El portavoz de los socialistas, visiblemente enfadado, tildó luego lo sucedido de "trampa" y "robo intolerable" cometido con "plena conciencia y alevosía". Un informe de los servicios jurídicos de la Cámara elaborado en 1991, cuando se acababa de poner en marcha el sistema de votación electrónica, establece que "procedería la anulación de la votación cuando un fallo en el sistema hubiera impedido a algún parlamentario presente participar en la votación o hacerlo en el sentido por él deseado", siempre que esa anormalidad hubiese sido denunciada "inmediatamente después de la votación". Atutxa, en cambio, sostuvo que esa petición debería haberse hecho en el mismo acto del voto: "Nadie ha pedido la palabra ni ha levantado la mano siquiera para decir que ese voto no se estaba ejerciendo".

El presidente del Legislativo vasco aseguró que Novales introdujo "tarde" y "fuera de tiempo" la tarjeta que le permite votar. Atutxa adujo los datos del ordenador central de la Cámara para sostener que la parlamentaria se retrasó para votar, aunque fuesen segundos.

Tras destacar que tiene la conciencia "tranquila", Atutxa recalcó que no hubiese repetido la votación en ningún caso. "No cabía otra medida" que dar por válida la votación, añadió, "porque entonces podíamos estar repitiendo la votación cada vez que a uno le convenga o que no haya utilizado bien los sistemas", y reiteró que el sistema es para todos los grupos "igual, válido y exigente".

La <i>vicelehendakari,</i> Idoia Zenarruzabeitia, y el presidente vasco, Juan José Ibarretxe, en el debate.
La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, y el presidente vasco, Juan José Ibarretxe, en el debate.PRADIP. J. PHANSE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_