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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fronteras de la fantasía

Esconde una aviesa contradicción el título de esta película, una de las más raras, y por algunas razones también apasionantes, que haya producido el fantástico en mucho tiempo. Porque el hecho de referir en su título a "el mundo del mañana" parece una contradicción, anclada como está toda la peripecia al cine del ayer, a los viejos seriales de finales de los años treinta, a las citas que la película hace explícitas durante su desarrollo (de El mago de Oz a Horizontes perdidos, de Metrópolis a la imaginería visual del cómic de los cuarenta, o las películas de ciencia-ficción de los cincuenta): hay que decirlo claro, Sky Captain es por lo menos una película que luce airosa su aire retro, sin arrepentirse en ningún momento de él.

SKY CAPTAIN Y EL MUNDO DEL MAÑANA

Dirección: Kerry Conran. Intérpretes: Jude Law, Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Giovanni Ribisi, Michael Gambon, Bai Ling. Género: fantástico, EE.UU., 2004. Duración: 106 minutos.

Y, sin embargo, sus imágenes, antes que propugnar el mundo de ayer, apuntan decididamente en la dirección del futuro: esta primera obra de Kerry Conran, el empeño personal de un hombre que ha dedicado una década a montar su proyecto, resulta, en su impresionante plasmación en la pantalla, el último grito en lo que efectos especiales se refiere, una especie de nueva frontera para la fantasía: todo lo que vemos en la pantalla, con excepción de los actores, que son de carne y hueso, es pura ilusión por ordenador, puro, y apasionante, juego virtual.

Por eso, desde ese comienzo esplendoroso, con el, digamos, aterrizaje de un gran zepelín en el Empire State y la bajada de sus pasajeros, hasta la invasión de Nueva York por parte de un ejército de robots, o las gráciles naves espaciales que vuelan batiendo sus alas como pájaros de acero, todo es ilusión en la mejor acepción del término. Lo demás, parece querer decir Conran, importa poco: lo que más ocupa al director y su portentoso equipo técnico es la creación de ese universo de increíble, hosca, turbia belleza.

Y lo demás, por desgracia para el resultado global de la película, es el juego de los actores, la (escasa) química entre los personajes, el desaprovechamiento de algunos de ellos (como el de Angelina Jolie, una mera caricatura sin desarrollo... como todos los otros, por lo demás) y, lo que es peor, la mismísima trama, se antojan sólo excusas para un juego mayor, el de la creación de las escenografías. Es una lástima, entre otras cosas, porque ninguna película, por grandes efectos especiales que tenga, se sostiene si no hay algún tipo de empatía con la suerte de sus personajes. Los de aquí son tan voluntariamente acartonados, se les lleva tan impasiblemente hacia su destino (¡esos peinados, ese impecable maquillaje de Gwyneth Paltrow en medio de los mayores cataclismos!), que al poco de comenzar la historia nos desvinculamos de ellos para dedicar todos los esfuerzos en deleitarnos con la imaginería visual que el filme propone. Es una lástima que Conran y los suyos hayan desaprovechado, por obra de un guión pobre y plagado de lugares comunes y por opciones estéticas en algún caso discutibles, la ocasión de construir una obra maestra de las aventuras fantásticas del pasado/futuro.

Angelina Jolie, en una imagen de <i>Sky captain y el mundo del mañana.<i>
Angelina Jolie, en una imagen de Sky captain y el mundo del mañana.
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