Conducta ejemplar

El viernes, decenas de alumnos del Colegio de Educación Infantil Nuestra Señora de los Dolores, situado en Herrera (Sevilla), se acercaron a la residencia Miguel Molinero de la localidad sevillana. Allí les esperaban con impaciencia los mayores internados. Los estudiantes llegaron y, cada uno con regalo debajo del brazo, les felicitaron las navidades cantando villancicos. Una acción que se lleva repitiendo los últimos años por los estudiantes de este colegio que en 1999 fue seleccionado experimentalmente para desarrollar el proyecto Eco escuela impulsado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. El experimento ha sido un éxito rotundo y, cinco años después, los alumnos no sólo participan en programas para proteger el medio ambiente, también realizan actividades sociales. "El primer año realizamos una auditoría de consumo de energía, de agua, de gestión de residuos y de ruidos. Lo hicimos con los alumnos que fueron conscientes de los problemas que había y después se volcaron en solucionarlos", explica la coordinadora de la eco escuela y jefa de estudios María del Carmen Martínez. A su alrededor los estudiantes salían de la residencia y se dirigían al colegio. En el patio no había ni un papel en el suelo y en las paredes colgaban fotos que ilustrativas de todas las actividades que desarrollan los alumnos que se han convertido en guardianes del medio ambiente en la localidad. "Durante la Romería, por ejemplo, los alumnos en colaboración con el Ayuntamiento y con la Hermandad para poner en marcha un plan de limpieza. Graban mensajes en la televisión local para que los adultos y todas las personas cuiden la zona, marcan con banderas los contenedores de basura...todo para proteger el entorno", dice Martínez.

Las Carriozas es el lugar elegido por los herrereños para reunirse en una de sus fiestas aunque estuvo apunto de ser convertido en una escombrera. La mediación del Comité Ambiental, organización en la hay representantes de la eco escuela, es otro de los triunfos de los alumnos de Nuestra Señora de los Dolores. Durante el curso escolar, los alumnos realizan talleres en los que fabrican juguetes reciclados, elaboran jabón que después venden. "Recaudamos fondos para realizar excursiones y también hemos enviado a Cuba material", cuenta la coordinadora. La mayoría de los maestros están implicados en este proyectos que ha ido evolucionando y que no sólo contribuye a que los alumnos le den importancia al medio ambiente, también intenta que no sean sexistas o que valoren la alimentación sana. "Todos aprenden a coser talegas para meter el bocadillo, intentamos que no coman bollos, les fomentamos una serie de valores y estamos en continuo contacto con las instituciones de la comunidad para que colaboren", concluye Martínez. A su lado, el estudiante José Joaquín Arjona, de 11 años y representante de los alumnos en el Comité Ambiental, hay dos por cada clase, señala también que hasta en el recreo se fomentan los valores implicando a todos los estudiantes en juegos que no fomentan la competitividad y que la experiencia le parece "muy buena".