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El campo repasa un mal año y ve peligrar la viabilidad futura del sector

Las organizaciones agrarias valencianas hicieron ayer un balance de lo que coincidieron en considerar un mal año para el campo. Mal año, además, que se enmarca en un contexto complicado en el que "la situación del campo lejos de ir mejorando va agravándose año tras año", en palabras de Joan Brusca, secretario general de la Unió de Llauradors. AVA (Asociación Valenciana de Agricultores) habló de Annus horribilis para la fruta de verano, aunque su presidente, Cristóbal Aguado, amplió esta calificación para todo el ejercicio del sector agrario. Los dos responsables agrarios, además, alertaron de que la delicada situación que vive el campo pone en jaque su futuro si no se buscan soluciones. Aguado dijo que "con un par de años como el que hemos pasado, echaremos la persiana y cerraremos el sector". Brusca, en su intervención, también explicó que el campo valenciano ha perdido 30.000 agricultores profesionales sólo en diez años. En la actualidad, añadió, son 76.300 y al ritmo, en 30 años no quedarán profesionales que vivan del campo valenciano. Brusca, con todo, opina que aún "hay posibilidades de solucionar los problemas, pero todo pasa por un esfuerzo de inversiones públicas".

Por la mañana, Aguado reconoció que este año ha sido negativo tanto en la agricultura como en la ganadería y pidió unidad a los agricultores. El presidente de AVA repasó la evolución de los distintos cultivos y mencionó sus respectivos problemas. Hundimiento de precios en el inicio de la campaña citrícola, crisis en el sector del vino por los bajos precios o retraso en las ayudas en el sector de frutos secos fueron algunos de los comentarios.

Cristóbal Aguado aprovechó también para pedir a todas las formaciones políticas que se coordinen para elaborar y aprobar en las Cortes Valencianas un plan estratégico para el sector, al que también se le debe asignar un presupuesto. El presidente de AVA, además, pidió que se elabore un Estatuto de Profesionales del Campo y un informe de renovación generacional, porque "los que no pueden hacer mejoras, ampliar las explotaciones, y los que sufren las consecuencias de la climatología y la caída de los precios son los que viven directamente del campo".

La Unió también ofreció datos del sector. La organización, por ejemplo, explicó que desde 1989 han desaparecido más de 140.000 hectáreas en el campo, la mayoría de ellas en zonas prelitorales y litorales, principalmente de regadío, debido a la "presión urbanística, tanto industrial como turística".

Sobre el plan estratégico que prepara la Consejería de Agricultura, Joan Brusca defendió que de poco sirve sin presupuesto. Recordó, en este sentido, que la subida global del presupuesto de la consejería de Juan Cotino no llega a la mitad de la media de la Generalitat. Agricultura, añadió Brusca, sigue siendo "la hermanita pobre de esta comunidad".

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