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Maragall afirma que sería grave que el Congreso rechazase la reforma del Parlamento de Cataluña

"Grave y difícil de reconducir". Así quedaría el escenario político, según el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, si las Cortes Generales no aprobaran la reforma del Estatuto de Autonomía que salga del Parlamento catalán. "Si el consenso fuera grande [en Cataluña] y no tuviera la aceptación de los representantes de los pueblos de España", la situación sería muy comprometida, dijo ayer Maragall en una entrevista con la cadena SER. "En todo momento en que hay una ocasión histórica hay un riesgo", reconoció el presidente catalán.

No obstante, Maragall mostró su confianza en que el PSOE apoyará la reforma estatutaria en el Parlamento español. "El Estatut va a tener que aprobarse en Madrid, porque no creo que lleguemos a uno que no pueda ser entendido y aprobado" en la capital española, dijo el socialista.

Cuando se cumple un año de su ingreso en la presidencia de la Generalitat en sustitución del convergente Jordi Pujol, Maragall describió en términos amables su relación con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. "Tenemos conversaciones francas y muy cautas", dijo Maragall, quien añadió: "No nos escondemos nada, tenemos una relación transparente, pero cada uno sabe sus responsabilidades y sus límites". Y confió en que el entendimiento entre las fuerzas políticas catalanas y españolas provoque "un gran consenso".

El president también abordó uno de los temas candentes de la reforma estatutaria: el sistema de financiación. Maragall afirmó que todos los ciudadanos, "desde Extremadura a Cataluña", deben tener la percepción de que hay "un equilibrio" entre lo que pagan y lo que reciben, y de que "la cuota de solidaridad que les toca pagar es también razonable".

Basta de "banderas"

"Hablemos de temas serios, ya está bien de hablar siempre de cuatro anécdotas del mundo deportivo o cultural", espetó Maragall. Señaló que la insistencia en discutir sobre "banderas" no solventará los problemas de España y Cataluña. "Lo malo de los nacionalismos es que se alimentan mutuamente", dijo, y añadió que el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Lluís Carod, "le ha ido de cine" al nacionalismo español, y viceversa. "El victimismo hace devotos", ironizó el presidente de la Generalitat. No obstante, quiso romper una lanza a favor del independentista y dijo que Carod "vale más que la imagen que se ha creado" en torno a su figura. "Ha contribuido a crear una nueva etapa en Cataluña y España", opinó Maragall, "a pesar de sus errores".

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Asimismo, se refirió a la propuesta de los socialistas vascos para reformar el Estatuto de Gernika, que juzgó "muy sensata y arriesgada". Maragall se mostró "esperanzado con el progreso del socialismo vasco y del clima político en Euskadi".

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