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EL DEBATE POLÍTICO EN EUSKADI

Batasuna facilita con su abstención la aprobación en comisión del 'plan Ibarretxe'

Egibar (PNV) asegura que el que vote en contra del nuevo Estatuto "no se considera vasco"

El grupo heredero de Batasuna en el Parlamento vasco, Sozialista Abertzaleak (SA), facilitó ayer con su abstención la aprobación del plan Ibarretxe en comisión. Algo que sigue siendo insuficiente ante el pleno del día 30, si Batasuna no cede al menos dos de sus diputados al tripartito para lograr la mayoría absoluta. Arnaldo Otegi no ocultó su satisfacción porque la aprobación en comisión del nuevo texto supone el "funeral más que oficial" del Estatuto de Gernika, algo por lo que han "peleado 25 años". El portavoz peneuvista, Joseba Egibar, dijo que el "que vote en contra del plan no se considera vasco".

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El plan Ibarretxe salvó ayer de la mano del grupo heredero de Batasuna la primera votación en el Parlamento vasco. Y Arnaldo Otegi, portavoz de SA, desplegó en la comisión de Instituciones e Interior toda su satisfacción por el trofeo logrado en esta legislatura: centrar el debate en el derecho de autodeterminación, la territorialidad, la consulta a la sociedad y la reforma del actual marco político. "Ahora sí podemos decir que el Estatuto está muerto", aseveró.

A juicio de Otegi, era "necesario que el Estatuto muriese para conseguir la paz en este país". Y, en este funeral, presentó a su fuerza política, que corre el riesgo de no estar presente en la Cámara vasca en la próxima legislatura, como el "puente" entre el tripartito (PNV, EA y Ezker Batua) y el bloque del no (PP y PSE-EE) para "buscar un consenso y un acuerdo nacional que rompa los bloques" existentes. En cualquier caso, Otegi reiteró que quien busque el apoyo de la izquierda abertzale para aprobar un nuevo Estatuto para tres provincias vascas, se equivoca de aliado. Dando a entender, así, que el plan finalizará su tramitación el próximo día 30 en el pleno sin la necesaria mayoría absoluta y con los mismos apoyos que tenía cuando se aprobó el 25 de octubre de 2003: los del tripartito.

El discurso autocomplaciente de SA, formación que ofreció ayer al tripartito escribir "un nuevo guión político" para "construir la paz sobre el derecho de autodeterminación", tuvo cierto paralelismo con el del portavoz peneuvista. Joseba Egibar apuntó en su intervención que "la clave de la propuesta" aprobada ayer con los votos del tripartito y la oposición de populares y socialistas es que el documento reconoce "la existencia del pueblo vasco" y que es un sujeto político. Es decir, "tiene derecho a decidir su futuro" en un referéndum.

Y pese a que Egibar subrayó el carácter no excluyente y "democrático" del texto, se deslizó por un terreno pantanoso al asegurar que el que no lo vote, no se puede considerar vasco. "El que vote en contra no se considera vasco o al menos no tenemos la misma concepción de lo que es ser vasco", dijo primero en euskera. El dirigente del PNV resaltó que el plan no esconde una "intención de ruptura".

La aseveración fue recogida al vuelo por el portavoz del PP, Leopoldo Barreda, quien llegó a hablar de "traición del subconsciente" para interpretar las palabras del portavoz peneuvista. Para que no hubiera ninguna duda, Egibar aseguró en castellano que "todos los vascos tienen que seguir sintiéndose a gusto en este proyecto, si es vasco (...) Cada uno sabrá si es vasco o no", concluyó Egibar. Barreda subrayó la "radicalización de este proyecto" y su "finalidad independentista más clara" tras la últimas modificaciones, y el hecho de que esté al "servicio de los nacionalistas".

El portavoz popular consideró el texto, que ha sumado el "menor apoyo político en los últimos 100 años en Euskadi", como el "precio político a pagar para la paz en Euskadi". Barreda criticó la visión "etnicista" del plan, que "clasifica a los ciudadanos en diferentes categorías", en alusión a la diferenciación que se establece en su articulado entre nacionalidad y ciudadanía.

Los socialistas vascos, apoyados en su propuesta de reforma en la que contemplan Euskadi como una "comunidad nacional", aseguraron ayer estar dispuestos a "abrir el melón" del marco político. "Pero para lograr más apoyos" que los cosechados con el Estatuto de Gernika, de 1979, en palabras del presidente del PSE. Jesús Egiguren. "No para que los que estaban a favor en 1979 [PSE] no apoyen el texto y los que lo rechazaron [Batasuna] sigan fuera del nuevo consenso", adelantó.

Egiguren censuró a los nacionalistas por haber persistido en su "pecado original" en el diseño del plan Ibarretxe: la ruptura del pacto estatutario y la unilateralidad del planteamiento. "La historia pedirá cuentas al PNV", dijo en un tono trascendente, por obviar los cambios operados en el Gobierno central con la llegada del PSOE. Egiguren coincidió con el PP en que durante la tramitación parlamentaria el dictamen ha aclarado sus rasgos netamente "independentista". "El plan Ibarretxe nos lleva a la independencia, al conflicto y al empobrecimiento del País Vasco", profetizó. Y censuró que los partidos que sustentan el Gobierno se hayan embarcado en la ponencia en "un regateo para hacerlo más radical". Finalmente, la portavoz de Unidad Alavesa, Enriqueta Benito, dijo que el tripartito había "roto todos los puentes" que alumbraron el Estatuto de 1979 con un "acto claramente sedicioso" e inconstitucional.

Arnaldo Otegi levanta la mano para expresar la abstención de su grupo durante la reunión de la Comisión de Instituciones e Interior del Parlamento vasco.
Arnaldo Otegi levanta la mano para expresar la abstención de su grupo durante la reunión de la Comisión de Instituciones e Interior del Parlamento vasco.PRADIP J. PHANSE

Territorialidad y fronteras

Los partidos PNV y EA sumaron ayer siete enmiendas transaccionales más a las 36 cosechadas por el tripartito en las siete reuniones de la ponencia en los últimos dos meses. Ezker Batua (EB) se abstuvo.

El portavoz de EA, Rafael Larreina, dijo que el proyecto aprobado "no excluye a nadie y es democrático. Son otros los proyectos que ponen fronteras y marcos inamovibles". Por su parte, el representante de EB, Oskar Matute, aseguró que su formación, pese a votar a favor del plan, no renuncia a su federalismo de libre adhesión. Y reconoció que en materias como la Seguridad Social, nacionalidad y ciudadanía, Poder Judicial o articulación interna del País Vasco, EB tiene fuertes discrepancias con el texto al que, pese a todo, dieron ayer luz verde.

Algunas de las siete enmiendas aprobadas ayer remarcan el tono nacionalista del documento. En concreto, subrayan la autodeterminación o reconocen el concepto de territorialidad para permitir una vinculación común entre Euskadi, Navarra y el País Vasco francés a través de un "órgano de colaboración". En el caso de las tres provincias de Francia se habla de otorgar "prioridad" a la relación con ellas "en el marco de la UE".

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