_
_
_
_

El secretario general de la CDU alemana, acusado de corrupción

Los días, quizá horas, del economista de 56 años Laurenz Meyer al frente de la secretaría general de la Unión Cristiano Demócrata de Alemania (CDU) parecen contados. Tras descubrirse que Meyer, además de su salario por el cargo, cobró de la empresa de electricidad para la que trabajaba antes de dedicarse a la política a tiempo completo, a la presidenta de la CDU, Angela Merkel, no le queda otra alternativa que destituirle.

El semanal Bild am Sontag publicó ayer que la CDU ha prohibido a Meyer cualquier declaración política y lo tiene en la práctica suspendido en el ejercicio de sus funciones. La CDU desmintió la noticia, pero ya hay democristianos de alto rango que, sin dar su nombre, declaran que esto supone un "daño gigantesco" para el partido. "Meyer debería considerar la posibilidad de evitar ese daño y marcharse antes de Navidad", afirmaron fuentes del partido.

Alemania mantiene unos niveles de exigencia ética, herencia de la vieja cultura prusiana: un primer ministro de un Estado federado que dimite por viajar de vacaciones pagadas por una empresa privada; ministro federal de Economía que se va por recomendar a la empresa de un primo con un membrete del ministerio. Éstos son algunos ejemplos de años pasados.

Hace días salió a relucir que Meyer, que entre las dietas de diputado y su sueldo como secretario general ingresa en torno a los 20.000 euros mensuales, tenía una tarifa reducida de luz y gas por su condición de ejecutivo en excedencia del consorcio para el que trabajaba.

Der Spiegel publica hoy que "el voraz Meyer" cobró algunos meses hasta tres sueldos: de la CDU, del Parlamento de Renania del Norte Westfalia como diputado y del consorcio eléctrico.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_