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Periodistas mal informados, periodistas peligrosos

Un libro-herramienta enseña cómo escribir sobre globalización, economía y desarrollo

"Cuando fuimos a Ecuador encontramos a periodistas que necesitaban saber de privatizaciones, porque el Gobierno tenía un plan para la red eléctrica y ellos nunca habían informado sobre algo así. Unos meses después, en Bulgaria, vimos a reporteros que también tenían que escribir sobre privatizaciones en el sector eléctrico. No sabían mucho, y desde luego no sabían lo que se acababa de discutir en Ecuador. En Turquía, un país asediado por crisis financieras, los informadores nos preguntaron sobre los problemas de la deuda exterior en Argentina y Brasil".

Escenas como esta que aparece en el primer capítulo de Covering Globalization, publicado por la editorial de la Universidad de Columbia y presentado en Nueva York, son las que llevaron al premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, y a Anya Schiffrin, codirectora del programa de medios de la Escuela de Asuntos Internacionales y Administración Pública de la Universidad de Columbia, a impulsar y coordinar el libro mencionado, que será traducido al español, chino, vietnamita, árabe, francés y serbio, por el momento. "La idea es ayudar a los que quieren ser periodistas y escriben sobre economía y desarrollo sin la preparación suficiente", según Schiffrin, editora, junto a Amer Bisat, del volumen que recoge, en 26 capítulos, todo lo que el periodista que cubre la globalización -en el sentido más global del término- necesita saber y no tenía ni idea de a quién preguntar, desde mercados de capitales y bancos centrales hasta la reforma de las pensiones, las privatizaciones y el lavado de dinero.

Cada capítulo desmenuza los temas fundamentales de la globalización, expone en forma de manual los datos básicos y se cierra con pistas para los reporteros, un glosario y enlaces para ampliar la información. Uno de los capítulos se dedica exclusivamente a enseñar cómo se usa Internet cuando se tiene que abordar información financiera internacional. "El libro trata de ser útil para todos los niveles de formación y preparación de periodistas. Si se conocen los elementos básicos, se pueden consultar bien las web, se puede manejar internet, se pueden explicar las cosas", dice Anya Schiffrin. "Es una herramienta muy útil, para eso está concebido. Es importante que los periodistas conozcan los problemas a los que se enfrentan, de los que hablan, porque muchas veces reciben información a través de los portavoces de las instituciones internacionales o de Gobiernos, y no siempre el punto de vista es equilibrado", añade Stiglitz.

¿Un periodista mal preparado es peligroso? "Claro, puede serlo", afirma el Nobel de Economía: "El problema con los periodistas no bien preparados, no bien informados, es que escriben artículos llenos de "él dijo" y "ella dijo". Si alguien dice que el cielo es azul, esos periodistas lo transcribirán cuidadosamente, pero si alguien dice que el cielo es naranja, harán exactamente lo mismo, le darán a ese dato el mismo tratamiento que al anterior. Los reporteros tienen que tener un equilibrio que tenga sentido, no cualquier clase de equilibrio, y desde luego puede ser un peligro que sean excesivamente equilibrados, que se limiten a dar dos versiones de un problema sin tener criterios o información suficiente como para juzgar la información que reciben".

Covering Globalization alerta sobre el papel cada vez más importante de los departamentos de Comunicación de instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, y los enormes recursos a su alcance: "No es ni sorprendente que la mayoría de las fuentes y de las informaciones estén sesgadas o distorsionadas o sean incompletas". Lo mismo ocurre con los Gobiernos: "Cada vez más recurren a filtrar noticias atractivas a los periodistas que con más probabilidad van a garantizar el enfoque favorable que se pretende (...) Estos periodistas con contactos saben que su acceso continuo a las exclusivas exige que sus historias sean favorables a los que proporcionan la información privilegiada (...) Hay una relación simbiótica entre estos periodistas y los funcionarios gubernamentales que les proporcionan información interna". Las responsabilidades de los reporteros son "intentar entender la razón de que la información esté sesgada, detectar las agendas informativas, dejar que los lectores pueden ser concientes de las posibles distorsiones y ayudarles a aclararse con las interpretaciones que entran en conflicto".

Pensar críticamente

Al abordar la liberalización del mercado de capitales y las recetas del Fondo Monetario, la crisis argentina de 2001 o el papel jugado por Enron en India, "los periodistas, lamentablemente, están cubriendo asuntos a menudo complejos con poca preparación, tanto sobre las experiencias en otros países como sobre las interpretaciones que se les suministra", dicen Schiffrin y Stiglitz. "Hemos hablado con periodistas a lo largo del mundo y hemos descubierto dos cosas: que la mayoría -con excepciones notables- están mal preparados para escribir sobre los complicados asuntos económicos a que se enfrentan sus países, y que carecen de información sobre lo que ha ocurrido en otros lugares". ¿Soluciones? Además de estudiar y de prepararse, los periodistas "tienen que pensar críticamente" sobre todos los asuntos que tratan, plantearse "todas las preguntas sobre a quién beneficia y a quién perjudica un cambio", "descubrir lo que está escondido", analizar de dónde viene la información y saber "qué intereses hay en juego".

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