Nubes en el horizonte de América Latina

Latinoamérica y el Caribe han crecido este año al mayor ritmo desde 1980, un 5,5%, pero en 2005 se desaceleraría al 4%, según la predicción que esta semana publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Las economías de Chile y Uruguay resultarían las de mayor expansión (6%), seguidas por las de Argentina y Venezuela (5%). La mayor economía de la región, México, crecería un 3,5% y la número dos, Brasil, un 4%.

El motor de la región en 2004 han sido las exportaciones, que han crecido un 22,4% ayudadas por la apreciación de las materias primas

Los desequilibrios fiscal y comercial de EE UU y su proteccionismo, el precio del crudo y la desaceleración china van a frenar a Latinoamérica

El motor del crecimiento latinoamericano durante este año han sido las exportaciones, que han aumentado un 22,4%, no sólo por la apreciación de las materias primas, sino también por un incremento de los volúmenes (10,5%). En 2005, sin embargo, el contexto externo puede cambiar.

El secretario ejecutivo de Cepal, José Luis Machinea, advirtió de los desequilibrios fiscal y comercial de EE UU, el incremento del proteccionismo de esa potencia -principal cliente de México y Centroamérica-, los efectos recesivos e inflacionarios que en la economía mundial puede provocar el alto precio del petróleo -que favorece a países exportadores como México, Venezuela, Colombia, Ecuador y Argentina- y la desaceleración de China, fuerte comprador de materias primas agrícolas y minerales, sobre todo brasileñas, argentinas, chilenas y peruanas. Machinea, que fue ministro de Economía de Argentina en la crisis de 2000 y 2001, prevé que estos factores generen un alza de tasa de interés, disminuyan el crecimiento y deterioren los términos del intercambio.

La dirección de la política monetaria y el mantenimiento de la solvencia fiscal constituyen los dos desafíos de corto plazo de la región, según Cepal.

En el plano estructural, Latinoamérica debe mejorar el patrón de inserción externa, mediante una diversificación de exportaciones en Suramérica y un incremento de la competitividad de México y Centroamérica -basada hasta ahora en la mano de obra barata, pero en riesgo por la rivalidad china en el mercado norteamericano-, aumentar la inversión y la productividad.

Pero antes de comenzar 2005, Latinoamérica y el Caribe celebran un buen 2004, con excepción de Haití, la única economía que se ha contraído (-3%) por la crisis política. No todos festejan porque el paro, si bien ya no asciende al 10,7% de 2003, es del 10% y porque la pobreza, aunque haya dejado de alcanzar al 44,3% como el año pasado, afecta al 42,9%. De todos modos, cada país ha vivido una realidad diferente.

México ha despertado de tres años de atonía por la recuperación de la economía estadounidense y, en menor medida, por la demanda doméstica. Este año ha crecido un 4,1%, la mayor tasa desde 2000. Las exportaciones crecieron un 14,6%, mientras que la recuperación del empleo -pese a que el paro se elevó desde el 3,2% al 3,8%-, el crédito y el envío de remesas de mexicanos en EE UU alentó el consumo y las expectativas, que a su vez se tradujeron en más inversión, producción y puestos de trabajo. La bonanza del crudo, en un país con petrolera estatal, Pemex, permitió el cumplimiento de la meta fiscal. Una economía estadounidense que crezca a menor ritmo el año próximo y un barril de petróleo que cotice a un valor más bajo son previsiones que llevan a calcular que México crecerá en 2005 un 3,6%.

Brasil ha presentado este año su mejor resultado desde 1994 al expandirse un 5%. Después de un primer año de ajuste fiscal y recesión, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está comenzando a cosechar éxitos que se traducen en un repunte de la popularidad. Las exportaciones han alcanzado un nivel histórico, los 95.000 millones de dólares, con un alza del 30% respecto de 2003 por la recuperación argentina, la mejora de los precios de las materias primas, el aumento del volumen de ventas de productos manufacturados y la diversificación de los envíos a mercados no tradicionales como China, Europa del Este y México. El consumo de las familias, que había caído un 2,4% el año pasado, ha aumentado en los primeros nueve meses de 2004 un 4%.

El Gobierno de Lula sostuvo un elevado superávit fiscal primario (ingresos menos gastos, antes del pago de la deuda) del 4,5% del PIB y ha logrado reducir la deuda pública del 58,7% del PIB al 54% del PBI, con lo que se ha espantado el fantasma de la suspensión de pagos. Esta vez se ha logrado contener la inflación dentro de la meta prevista, del 7,5%, y el paro se ha contraído del 12,3% al 11,5%. El contexto externo menos favorable para 2005 conduce a la presunción de Cepal de que la economía brasileña se expandirá ese año un 4%.

Argentina ha crecido por segundo año, después de una grave crisis y pese a la agenda de problemas pendientes, como la suspensión de pagos que arrastra desde diciembre de 2001. Se ha expandido en 2004 un 8,2% por el sostenimiento de un peso devaluado y la apreciación de las materias primas, según Cepal, que prevé una desaceleración al 5% en 2005.

El Chile de Ricardo Lagos, favorecido por la subida del precio del cobre, ha recuperado la senda del crecimiento elevado y se ha expandido un 5,8% en 2004, el mejor resultado desde 1997. Colombia, en cambio, ha reducido el alza del PIB este año, del 4,1% al 3,3%, mientras se profundiza el debate sobre las reformas fiscales necesarias para reducir el elevado nivel de endeudamiento (37.985 millones de dólares). Perú, también impulsado por el cobre, se ha expandido un 4,6%. Por último, la economía de Venezuela, después de la crisis política y la huelga petrolera, rebotó un 18% gracias al gran año del crudo.