La Virreina expone la variedad estética y conceptual del cartelismo de la Guerra Civil
Las obras proceden de la Fundación Pablo Iglesias, que preside Alfonso Guerra
"¿Qué representaría el arte gráfico español en el mundo sin el corte provocado por la Guerra Civil?", se preguntaba ayer retóricamente Alfonso Guerra, presidente de la Fundación Pablo Iglesias, en la presentación de la exposición Carteles de la Guerra 1936-1939, que reúne en el Palau de la Virreina de Barcelona, hasta el próximo 20 de febrero, una magnífica selección de obras de artistas que apoyaron la causa republicana. Los 118 carteles que se exhiben, procedentes de la citada fundación, dan fe de la variedad estética y conceptual de cartelismo de la época.
Dicha variedad abarca desde obras de corte propagandístico sobre el reclutamiento, la tipología del enemigo o el espionaje, hasta carteles cuyo mensaje encierra voluntad pedagógica acerca de la educación, la higiene, la profilaxis sexual o el peligro de los abusos que proliferan en tiempos de guerra. Más allá de valor histórico y sentimental, la exposición reivindica la excepcional calidad de unas obras que enlazan con el futurismo italiano y contienen algunos elementos que serán desarrollados posteriormente por el arte pop.
El conjunto procede enteramente de la Fundación Pablo Iglesias, que conserva en su sede de Alcalá de Henares una colección de más de 2.000 carteles de la Guerra Civil. "Desde hace años, el fondo está a disposición de estudiosos e investigadores, y hemos ido prestando obras para exposiciones concretas. Con esta iniciativa queremos dar a conocer al público una muestra extensa, representativa y ponderada de la colección de carteles que se ha ido formando desde la creación de la fundación", explicó Guerra. Ésta es la segunda vez que se exponen estos carteles. La primera fue en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y, según el director de exposiciones de la Virreina, Iván de la Nuez, que ha realizado el montaje con Xavier Manubens, "en aquella ocasión se insistía más en el aspecto histórico y político, mientras que aquí hemos intentado subrayar el valor artístico de las piezas".
Los carteles, que han sido agrupados por temas, pueden ser considerados una verdadera manifestación de arte de vanguardia, tanto por lo que se refiere a la composición gráfica como al uso de las técnicas. "Se trata de un caso excepcional de fusión entre vanguardia política y artística. La historia enseña que, en general, el poder político descansa sobre un arte consolidado y tradicional. En la guerra española el poder encomendó la propaganda a las vanguardias, quizá porque la defensa de la legalidad del poder constituido enlazaba con la batalla para detener el movimiento fascista que ya se avistaba en Europa", señaló Guerra.
En el recorrido, que invita metafóricamente a entrar en la República a través de una reproducción de la misma con rostro de mujer, se perciben las vinculaciones con el futurismo, tanto en el uso del color como en la exaltación de los conceptos de velocidad, modernidad y progreso. Algunas obras delatan la influencia de la estética soviética de la época, así como el interés de sus autores por la investigación formal, que se materializa en la mezcla de diferentes elementos: dibujos, fotografías y fotomontajes.
Incluso las consignas, más allá de su contenido, demuestran la voluntad de difundir el mensaje a través del uso de diferentes caracteres y recursos tipográficos. A pesar de no haber sido tratados con especial cuidado, todos los carteles están perfectamente conservados. "Muchos de ellos fueron intervenidos por el ejército y fue bastante complicado encontrarlos, y otros los recuperamos en la ex Unión Soviética", informó Guerra. Tras su presentación en Barcelona, la exposición viajará a varias ciudades de América Latina.
Además de la colección de carteles, la Fundación Pablo Iglesias posee un archivo de más de 2,5 millones de documentos sobre el movimiento obrero, socialista, comunista y anarquista, considerado el más importante de Europa junto con el de Amsterdam, especializado en anarquismo.
Actualmente se está llevando a cabo su digitalización para ser puesto a disposición del público en Internet. La fundación conserva también un conjunto de objetos, que incluye el bastón de Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, y los carnets de varios dirigentes históricos. El fondo se completa con una colección de películas y fotografías, aún en proceso de catalogación, que comprende 450.000 imágenes de la transición democrática española.
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