Ilustrados con premio
Entre el medio centenar de premios de literatura infantil que cada año se convocan en España, sólo nueve están dedicados a la ilustración. Además del Premio Nacional, con el que el Ministerio de Cultura galardona cada año al mejor libro ilustrado para niños, y que este año ha sido para Pablo Amargo (Oviedo, 1971) por El monstruo de la lluvia/O monstruo da chuvia (SM), cuento de la autora gallega Marilar Aleixandre, la mayoría de convocatorias son iniciativa de las propias editoriales que intentan, así, incentivar la creación en una de las especialidades menos desarrolladas por la edición española. Es el caso de los premios de Destino (Premio Destino Infantil Apel.les Mestres), La Galera/Círculo de Lectores (Premio Hospital Sant Joan de Déu) y SM (Premio Internacional de Ilustración de la Fundación Santa María), que acaban de publicarse.
El de Destino, que ha llegado este año a su 24ª edición, fue para Carmen Posadas y Jesús Gabán, autores de Cuac, una historia de cuervos solitarios a los cuales la necesidad obliga a aprender a relacionarse con los demás. Convencidos de que alguien les ha cambiado el huevo, salen del nido a investigar y descubren la importancia de "conocer mundo" y de saber. Un cuento simpático, entretenido y espléndidamente ilustrado, que encantará a niños de 6-7 años en adelante, y que se presta también a la lectura en voz alta.
El Sant Joan de Déu es, en realidad, un premio literario para cuentos infantiles en catalán, que incluye en sus bases la edición en formato de libro ilustrado. La ganadora fue Meritxell Martí, con Paper de diari, un cuento intimista, en el que un niño repasa los detalles de su vida cotidiana a partir de un hecho fortuito que le molesta mucho: su madre, siempre apresurada, le ha envuelto el bocadillo en un papel de periódico. Las ilustraciones de Vila Delclós, realistas y de trazo ágil y dinámico, interpretan a la perfección el tono y el fondo de un relato con una interesante lectura "entre líneas", que podrán apreciar los lectores de 8-10 años en adelante. Finalmente, el Premio de la Fundación Santa María fue para el pintor Pablo Echevarría, autor también del texto de Una amistad peligrosa, un cuento inquietante, protagonizado por animales humanizados, en el que una novata paloma mensajera debe entregar una carta a un zorro peligroso. Pero, como las cosas no siempre son lo que parecen, ni la novata es tonta ni el zorro es peligroso, sino un solitario y sensible modisto, que le ofrece su amistad a la paloma. A destacar el trabajo de ilustración, inspirado en los clásicos ingleses, en el que Echevarría combina acuarelas, dibujos a lápiz y siluetas en negro, con un resultado espléndido.
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