La Eurocámara respalda el acercamiento en una votación secreta y tras un agrio debate
El diputado 'verde' Cohn-Bendit asegura que se utilizan argumentos "racistas" contra Turquía
Lo ocurrido ayer en el Parlamento Europeo fue una muestra de la sensibilidad y el miedo que recorre Europa ante la decisión de abrir negociaciones de adhesión con Turquía. La Eurocámara recomendó la apertura de esas negociaciones con estrictas cautelas, pero lo hizo tras un agrio debate que culminó con una inusual votación secreta impuesta por el Grupo del Partido Popular Europeo (PPE). El informe fue aprobado por 407 votos a favor, 262 en contra y 29 abstenciones, tras rechazar una enmienda contra el ingreso de Turquía y otra que proponía una "asociación privilegiada" entre Ankara y la UE.
"Es el colmo, es un escándalo, no quieren que los ciudadanos se enteren cómo votamos", clamaba agitando los brazos el dirigente de los Verdes Daniel Cohn-Bendit. Antes, el líder de los socialistas, el alemán Martin Schulz, se había quejado de que la votación fuera secreta y los dos hicieron referencia a posibles motivaciones racistas entre los opuestos a la llegada de Turquía. "Hay argumentos que no son culturales, sino racistas", señaló Cohn-Bendit entre abucheos de los bancos populares. "Europa es una comunidad de valores abierta a cualquier ser humano, con independencia de su raza, origen o religión", afirmó Schulz.
En medio de insultos, gritos y palmadas -"un poco de calma, niños", reclamó Cohn-Bendit-, el tono subió y subió a costa de las iniciativas avaladas con 174 firmas, suficientes (es necesario al menos un quinto de los 732 eurodiputados) para exigir la votación secreta de las enmiendas más polémicas y del informe en su conjunto, elaborado por el conservador holandés Camiel Eurlings.
"En diez años en esta Cámara, no recuerdo una votación secreta", dijo el líder de los liberales, el británico Graham Watson. "¿Cómo podremos defendernos ante las acusaciones de vergüenza e hipocresía? Es indigno de esta Cámara", agregó Watson. "Son astutos juegos parlamentarios", dijo Schulz. "Los ciudadanos europeos", precisó, "tienen derecho a saber cómo se definen los eurodiputados en un tema tan fundamental".
A la hora de las votaciones, el PPE (286 escaños), dividido, no pudo imponer las tesis de los conservadores alemanes y varios euroescépticos frente a la mayoría de socialistas (200) y liberales (88). La enmienda que apostaba por la "asociación privilegiada" fue rechazada entre aplausos por 415 votos en contra y 259 a favor.
En nombre del PPE, el portugués João de Deus Pinheiro había dicho que existen otro tipo de parejas además del matrimonio, pero Schulz le respondió que los eurodiputados no son "abogados de ningún amancebamiento". "Queremos a Turquía en la UE como cualquier otro socio", afirmó el socialista alemán. La enmienda que se oponía a que Turquía "sea miembro de pleno derecho de la UE" también fue anulada por 438 en contra y 235 a favor.
El día anterior, el líder del PPE, el alemán Hans-Gert Poettering, ya había caldeado el ambiente en el pleno cuando dijo: "Si Turquía se convierte en un país de la UE, podemos perder la identidad de los europeos; la ampliación puede llevar a la muerte de la Unión".
El informe aprobado da luz verde al inicio de negociaciones, pero "como punto de partida de un proceso de larga duración que, por su propia naturaleza, reviste carácter abierto y no tiene por qué conducir a priori y de forma automática a una adhesión". Precisa, no obstante, que el objetivo de tales negociaciones es la adhesión. Enumera a continuación un largo listado de condiciones, cautelas y prevenciones, que incluye todas las apuntadas en el proyecto de conclusiones de la cumbre de hoy y mañana (cláusulas de salvaguardia, posible suspensión de negociaciones, tolerancia cero con la tortura...).
La Eurocámara incluye también la necesidad de que Turquía reconozca a Chipre, asuma la existencia del genocidio armenio, refuerce las medidas a favor de la igualdad hombre-mujer, persiga más la violencia doméstica, potencie los derechos de la minoría kurda y la libertad religiosa...
Al inicio del debate, el presidente de la Comisión, Jose Manuel Durão Barroso, animó a los líderes europeos a que "cumplan su compromiso con Turquía" fijando una fecha para iniciar las negociaciones, pero también pidió a Ankara que reconozca a Chipre. "Si quieren ser miembros de un club, es normal que reconozcan a todos los miembros del club, y mejor pronto que tarde".
Tras las votaciones, el presidente de la Cámara, Josep Borrell, aseguró que "la perspectiva de la adhesión reforzará la democracia turca y evitará toda vuelta a un pasado nacionalista o a un futuro islamista". Animó Borrell a los europeos "a luchar contra los clichés" y agregó que, para combatir "el miedo a lo desconocido", lo más importante es "conocerse".
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