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Unicef apadrina el álbum 'All children in school' para promover la escolarización

Cerca de 120 millones de chiquillos de todo el mundo no hacen la cartera cada mañana para asistir a clase. Se concentran en las zonas más castigadas de África, como Somalia, Sudán, Eritrea, Etiopía o Ruanda, pero también en otros muchos puntos del mapamundi, y dos terceras partes de ellos son niñas. Unicef se ha propuesto combatir esta situación también a través de las músicas de filiación étnica. All children in school es el primer volumen de una serie de 10 con los que los nombres más destacados de las músicas del mundo pretenden recaudar fondos para la escolarización infantil.

Quince artistas de medio mundo han sumado sus fuerzas en All children in school (Todos los niños a la escuela), un álbum presentado en una lujosa caja de cartón que ha puesto en circulación la discográfica italiana Forrest Hill, distribuida en España por Resistencia. La representación española corre por cuenta de la cantante coruñesa Uxía Senlle, que ha cedido su versión de Alalá das mariñas, fechada en 1995. Pero la lengua castellana también está presente con Toma que toma, esa especie de rap infantil que el productor bretón Hugues de Courson llevó al éxito hace cuatro temporadas gracias a otro proyecto de Unicef, el disco Canciones de la inocencia.

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A la causa se han sumado, además, otros nombres incontestables en las músicas de raíz, desde la londinense de origen indio Susheela Raman a la afroperuana Susana Baca, el polifacético italiano Luigi Cinque, la gutural garganta de la heroína de Tuva (entre Siberia y Mongolia) Sainkho o un dúo (Misterio de Afrodite) entre Caetano Veloso y la voz de Madredeus, Teresa Salgueiro. Ani DiFranco, Omara Portuondo, Dulce Pontes o la Nuova Compagnia di Canto Popolare son algunos de los nombres que redondean la colección.

Fundación Hepburn

La iniciativa comenzó a gestarse en vida de la actriz Audrey Hepburn (1929-1993), gran aficionada a las músicas étnicas, que en el transcurso de una recepción con el cónsul de Holanda en Macao conoció al director general de Unicef y aceptó el cargo de embajadora de esta asociación con el sueldo de un dólar al año. Su hijo Sean Hepburn Ferrer, al frente de la fundación que lleva el nombre de su progenitora, ha querido retomar ahora esta aventura. "Cada artista ha regalado una canción que habla sobre la infancia en su país. Y, aunque muchas veces no entendamos las palabras, la intención y las emociones se perciben con toda nitidez", explica Hepburn Ferrer, que ha aportado un libro ilustrado con imágenes de su madre en el continente africano, Timeless Audrey (Audrey atemporal).

Para el vídeo de presentación de este primer disco se ha escogido Toma que toma, con imágenes de niños de los cinco continentes y un contador que, a velocidad vertiginosa, alcanza esa cifra dolorosa para las conciencias de este mundo en teoría tan civilizado: 120 millones de niñas y niños sin un pupitre en el que sentarse cada día.

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