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Yúshenko afirma a su salida del hospital que el régimen ucranio "vive sus últimas horas"

Los médicos dicen que ingirió una cantidad de dioxina mil veces superior a lo tolerable

A su regreso a Ucrania después de salir de la clínica vienesa donde los médicos confirmaron que su enfermedad es consecuencia de un envenenamiento posiblemente provocado por terceros, el líder de la oposición de Ucrania, Víktor Yúshenko, reclamó que se realice una "investigación seria" en base al diagnóstico. Antes, en Viena, Yúshenko había anunciado el próximo fin del régimen ucranio comparándolo con la caída de la Unión Soviética y del muro de Berlín. Se dijo "feliz de estar vivo en este mundo" y agradeció a los médicos que le han acompañado.

Los médicos de la prestigiosa clínica Rudolfinerhaus, a la que el político acudió tres veces desde que se vio repentinamente afectado por la misteriosa enfermedad el pasado 6 de septiembre en plena campaña electoral, subrayaron que la salud de Yúshenko está mejorando rápidamente y que ya puede llevar una vida normal, si bien tendrá que someterse a terapias "muy difíciles" y tardará "por lo menos dos años" en sanar su rostro, deformado por un descomunal sarpullido.

Dispuesto a reincorporarse a la campaña para las elecciones presidenciales, que por las protestas de la oposición han vuelto a ser convocadas para el próximo 26 de diciembre, Yúshenko se mostró confiado en su victoria. "El régimen que se mantuvo en Ucrania en los últimos 14 años está viviendo sus últimos días", dijo. En su opinión, gracias a los incansables movimientos de masas que acusaron al Gobierno de fraude electoral, lo que está pasando ahora en Ucrania "es comparable al desmoronamiento de la Unión Soviética y a la caída del muro de Berlín".

Los responsables de la clínica se esforzaron en aclarar por qué tardaron tres meses en llegar al diagnóstico definitivo y por qué hubo en un principio diagnósticos muy contradictorios. El doctor Michael Zimpfer, director del hospital, se mostró irritado por "algunos medios de comunicación austriacos" que le acusaron de "ser sobornable".

Alegó que "resultó extremadamente difícil" detectar el origen de la misteriosa enfermedad que había provocado síntomas muy dispares en el paciente. "En primer lugar, porque se trata de un caso sin precedentes. Hasta ese momento sólo se contaba con experiencias de intoxicación de dioxinas por exposición de la piel o por la vía respiratoria". Pero "era desconocida en la literatura científica la contaminación mediante la vía oral". Nunca habíamos visto algo así; es el primer caso en el mundo", dijo Zimpfer, quien recordó que la clínica, que no está especializada en toxicología, hizo un llamamiento a la comunidad internacional, "pero nadie respondió".

Determinante fue la apariencia del rostro de Yúshenko la segunda vez que acudió a la clínica, el 29 de septiembre. Sólo entonces los médicos se dieron cuenta de que se trataba de "acné clórico", un síntoma de la intoxicación química. En el primer ingreso del paciente al hospital, el 10 de septiembre, las pústulas todavía no se habían desarrollado por completo. Hubo incluso toxicólogos de medicina forense que afirmaron por escrito que no era un asunto de intoxicación.

Complicado fue asimismo encontrar un laboratorio capaz de analizar la dioxina en la sangre. De éstos hay muy pocos en el mundo, y "la prueba es sumamente difícil", dijo el médico. Los análisis clave fueron finalmente efectuados el pasado viernes, al ingresar Yúshenko por última vez al Rudolfinerhaus. La conclusión es alarmante. En la sangre y tejidos del enfermo se ha detectado una concentración de dioxinas "por lo menos mil veces mayor que el máximo tolerable". La cantidad que ingirió fue "a nivel de miligramos".

El sábado, la fiscalía ucrania reabrió la investigación sobre el envenenamiento. Había ya abierto un expediente el 21 de septiembre, después de que Yúshenko afirmara haber sido víctima de un intento de asesinato fraguado por sus rivales (mencionó como posible lugar del crimen una cena que compartió con agentes secretos el 6 de septiembre). Pero la investigación concluyó un mes después con que el líder opositor padecía de un virus de herpes. Entre los partidarios del Gobierno de Víktor Yanukóvich se ha comentado que la intoxicación de Yúshenko podía ser una puesta en escena para ganar votos.

Víktor Yúshenko, líder de la oposición ucrania, ayer con el director de la clínica austriaca que lo ha tratado.
Víktor Yúshenko, líder de la oposición ucrania, ayer con el director de la clínica austriaca que lo ha tratado.REUTERS

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