'Educar' en Hondarribia
Hay un proverbio africano que dice: "Hace falta toda la tribu para educar a un niño", todo un pueblo para educar bien a un niño a una niña. Pues bien, sucede que en Hondarribia, en los últimos años, se les ha educado en la falta de respeto hacia las personas que piensan diferente. Niños y niñas de todas las edades han visto que los insultos, las agresiones, las burlas están permitidas; a esos niños se les ha transmitido que insultar, agredir, burlarse son comportamientos a seguir si se trata de impedir que las mujeres participen en pie de igualdad en el Alarde. Así las cosas, chavales y chavalas hondarribitarras han insultado repetidamente, han tirado piedras, han faltado al respeto una y otra vez a la Compañía Jaizkibel, así como a sus seguidores; más de una vez delante de la policía, delante del alcalde... Y aquí no ha pasado nada. Somos una minoría sin derechos.
Hondarribia vive, pues, un grave conflicto, y somos muchas las personas que pensamos que para que se supere, para que la convivencia vuelva a los cauces normales, las instituciones de este país deben urgentemente dar los pasos necesarios. Empezando por el Ayuntamiento, claro; y es que el Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, ha desoído año tras año sentencias judiciales, recomendaciones de instituciones como Emakunde y Ararteko, resoluciones del Parlamento vasco, y ha permitido, además, que el Alarde, una fiesta popular, se privatice para negarnos participar en la fiestas en igualdad. Señoras y señores políticos: ¿cuándo se van a implicar de verdad en la resolución de este problema? ¿De qué nos valen las recomendaciones y sentencias que nos apoyan, si, cuando llega el 8 de septiembre debemos enfrentarnos a la misma situación.
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