Cinco de los terroristas del 11-M usaron el mismo teléfono que el sirio detenido en Irún

El sirio Adnan Waki, detenido el miércoles en Irún (Guipúzcoa), y cuatro de los terroristas del 11-M que se suicidaron el 3 de abril en Leganés utilizaron con tarjetas distintas un mismo teléfono móvil. El aparato, de la marca Panasonic, fue localizado entre los escombros del piso de los suicidas, y por su estudio pudo saberse que fue usado, además de por Waki, por Abdennabi Kounjaa, Asrih Rifaat, Mohamed Oulad y Sarhane Ben Abdelmajid, El Tunecino. El terminal también fue empleado por Basel Ghalyoum, preso como supuesto autor material de la matanza.

Adnan Waki, nacido el 2 de junio de 1976 en Alepo (Siria), y Ahmed Kassem Ahmed, que nació en Sharkia (Egipto) el 8 de junio de 1967, regentaban una carnicería islámica en la calle de Sebastián Errazu de Irún. Su paradero era conocido de antiguo, ya que el sirio había sido investigado hace unos dos años por su presunta relación con extremistas islamistas. En esas fechas se rastreó a Waki en Hernani, donde residía desde hace al menos un año, pero su estrecha relación con el comando de Leganés fue conocida recientemente.

La investigación sobre los nueve teléfonos móviles, especialmente uno de la marca Panasonic, encontrados entre los escombros del edificio de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés ha permitido elevar su papel en la trama. La tarjeta SIM utilizada habitualmente por Waki había funcionado en el mes de enero en dicho aparato. Antes de que lo usara Waki, había sido utilizado por Basel Ghalyoum, preso como supuesto autor material de la matanza, entre noviembre de 2003 y enero de este año.

El terminal pasó de mano en mano y, con tarjetas diferentes, fue usado también por tres de los suicidas de Leganés: Abdennabi Kounjaa, Mohamed Oulad Akcha y Anwar Asrih Rifaat, según fuentes de la lucha antiterrorista. El aparato fue utilizado para entablar "numerosos contactos" con Jamal Ahmidan, el Chino, también muerto en Leganés y clave para la consecución de los explosivos procedentes de la trama de Avilés.

Los investigadores, además, localizaron en la casa de el Tunecino, en la calle de Francisco Remito, en Madrid, "una factura telefónica de la tarjeta SIM habitualmente utilizada por Adnan Waki". La factura data de agosto de 2003. Waki facilitó ante el Registro Central de Extranjeros el domicilio de Serhane (también muerto en Leganés) para que le notificaran allí la resolución sobre la concesión de la tarjeta de extranjería.

Waki y Ahmed Kassem (sin antecedentes y con domicilio en San Sebastián) hacían "vida aparentemente normal" en Irún. En esta localidad fronteriza con Francia regentaban desde "hace pocas semanas" el negocio donde "a menudo se reunían varios grupos de árabes", según vecinos de esta zona, poblada de inmigrantes. Ayer la carnicería Salam tenía las persianas echadas, sin precintos de la policía, y varios carteles en árabe.

"Es gente que no se mete con nadie, que hace su propia vida. Son simpáticos y muy amables", describió a los periodistas el propietario de un locutorio situado en la misma calle. Otros residentes, en cambio, habían observado que el comercio de Waki y Kassem tenía "horarios extraños". "Algunos días no abrían por la mañana y cerraban a horas intempestivas. Por la noche solían quedarse dentro con varios clientes hasta muy tarde", aseguró la dependienta de un comercio cercano.

Algunos residentes de la zona no supieron precisar si eran dos, tres o más los encargados del local, puesto que "en los últimos meses" han visto "despachar a personas diferentes". En la carnicería Salam vendían desde pan y leche, hasta refrescos, zumos, frutos secos y embutidos. El local cuenta con un asador de pollos.

El dueño del locutorio, adonde solían ir con frecuencia los dos arrestados, explicó que Kassem viajó hace pocos días a Egipto para venir a España con su esposa, con quien contrajo matrimonio recientemente, y que Waki tenía previsto casarse en breve en su país natal. Esta persona agregó que los arrestados estaban planeando, junto con otros inmigrantes musulmanes, abrir una mezquita en Irún.

José Antonio Alonso, ministro del Interior, aseguró que Waki es "una persona importante" en la estructura que organizó los atentados de Madrid y está relacionado con cinco de los implicados en el 11-M. "La policía sigue en su tarea de investigar los atentados del 11 de marzo y lo hace con plena solvencia y con muchísima eficacia", dijo el ministro, que explicó que en esta operación los agentes se han incautado de abundante documentación en tres registros.

Según fuentes de Interior, Waki se dedicaba presuntamente a recaudar fondos con los que financiar atentados, así como para ayudar económicamente a personas vinculadas a la yihad o guerra santa. También facilitaba documentación falsa a integristas en España y en otros países. Además de los dos citados, han sido detenidas otras cuatro personas por estancia ilegal, sin relación con la matanza del 11-M.