"Nuestros productos deben protegerse frente a la venta ilegal"

"La venta ilegal de música es un problema muy grave que nos está volviendo locos". Con esas palabras resume el malestar del sector ante la venta de copias ilegales el presidente de la recién creada Asociación de Compañías Discográficas Vascas (EHDE), Anjel Valdés. La asociación agrupa a 13 casas de discos, responsables de la práctica totalidad de la producción musical en euskera, y está presente por primera vez en la feria de Durango. Sus miembros piden "medidas efectivas de protección" para este sector, que no puede competir con los precios que ofrecen los vendedores piratas. "Las mafias siempre tendrán mayores márgenes de rebaja que nosotros, porque no tienen que repartir sus beneficios entre los artistas y demás trabajadores del sector, además de vivir a costa de la explotación de unos inmigrantes que han venido aquí huyendo del hambre", argumenta el portavoz de las compañías discográficas en una entrevista concedida a EL PAÍS.

"La venta ilegal de música es un problema muy grave que nos está volviendo locos"

"El futuro de nuestra cultura pasa por la fortaleza de la industria cultural"

Sin embargo, de momento nadie ha podido impedir que, a pocos metros del recinto ferial, se vendan copias de los mismos discos que se están presentando en su interior, algo que los responsables de las compañías consideran "vergonzoso", ya que para algunas compañías las ventas de estos cinco días pueden alcanzar el 50% de su facturación anual. "Si vendes billetes falsos en la calle, te meten en la cárcel. Pues esto es lo mismo. Es ilegal y debería quitarse de la calle. El otro día Iñaki Azkuna ordenó la destrucción de un montón de discos ilegales decomisados y eso es muy positivo", explica el presidente de EHDE. "No entiendo que unas instituciones pongan su logotipo [en el cartel anunciador de la feria] y no controlen ni siquiera que en las calles de Durango no se vendan discos piratas. Lo que está sucediendo es muy grave porque se están cargando una parte muy importante de la industria cultural. Es muy importante que nuestros productos disfruten de medidas protectoras efectivas", concluye.

Según estimaciones de la propia asociación, el sector discográfico vasco da trabajo a alrededor de 3.000 personas, "incluyendo a los propios músicos, los trabajadores de las compañías discográficas, distribuidores y demás personal de los estudios de grabación y técnicos de escenario", resume Valdés. En ese sentido, cree necesaria una evaluación "exacta" del peso económico de esta actividad, que permita visualizar su importancia para el conjunto de la sociedad y facilitar la puesta en marcha de medidas que aseguren su futuro. Precisamente a partir del próximo año va a comenzar a realizarse un estudio anual de esas características, como paso previo del Plan Vasco de Cultura. Las discográficas califican como "muy importante" ese paso, que permitirá "conocer con exactitud la evolución del sector y de las ventas". "Cuando hablamos de cultura lo hacemos de algo demasiado etéreo para que pueda ser cuantificado en términos tangibles, pero cuando hablamos de industria cultural estamos hablando de algo más cuantificable a la hora de hacer análisis. No tengo ninguna duda de que el futuro de nuestra cultura pasa por la fortaleza de la industria cultural", explica Anjel Valdés.

Tal como sucede este año con las novedades literarias presentes en la Feria del Libro y Disco Vascos, en el apartado musical las ventas se están repartiendo entre "numerosos productos de gran calidad distribuidos por diferentes compañías". Sin embargo, además de los nuevos productos cada vez tienen mayor aceptación las reediciones y los recopilatorios de grupos veteranos, algo que, en opinión del responsable de las discográficas, no significa que la imaginación se esté agotando entre los jóvenes creadores. "Lo que pasa es que hemos pasado ya cuarenta años de industria discográfica y existe ya un repertorio lo suficientemente grande como para ofrecer al público productos de ese tipo", explica Valdés, que durante la década de los ochenta publicó varios discos como miembro del grupo de rock M-ak.

Mirando al futuro, el presidente de las compañías discográficas vascas apuesta por seguir mejorando la "profesionalidad y calidad" de sus productos y explorar nuevas vías de negocio.