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El PSOE ofrece diálogo a la Conferencia Episcopal, pero le pide que no caiga en la "agitación preventiva"

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aprovechó ayer la clausura en Bilbao de las décimas jornadas del grupo Cristianos Socialistas Vascos para marcar el terreno de las relaciones futuras entre Gobierno y Conferencia Episcopal. Blanco ofreció a la jerarquía católica una mano tendida para "dialogar y encontrar nuevos campos de cooperación", pero le advirtió de no caer en la "tentación de la agitación preventiva" con movilizaciones por cuestiones como la eutanasia o el aborto, sobre las que el Ejecutivo no ha anunciado modificación inmediata alguna. "Nadie ha hablado de ese tema [la eutanasia], salvo quienes en su afán por hacer ruido están dispuestos a confundir una película de cine con un programa de gobierno", dijo en alusión al filme Mar adentro.

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El dirigente enumeró una serie de compromisos legislativos "firmes" sobre derechos civiles en los que el Gobierno socialista no va a dar marcha atrás. Entre ellos citó el matrimonio entre homosexuales o el divorcio, pero también mostró su voluntad de mantener la ayuda a los centros concertados "como hasta ahora" y de que "quien lo desee pueda recibir formación religiosa sin que ello dé lugar a tratamientos académicos desiguales".

Blanco no soslayó ninguno de los asuntos que han reabierto el enfrentamiento entre Iglesia y Estado. En tono conciliador, aseguró que los socialistas están dispuestos a cumplir los acuerdos entre ambas partes, algo que permite que el Estado "sufrague con los impuestos de todos los españoles la existencia de profesores de religión en todos los centros de enseñanza". Sin embargo, su discurso de acercamiento dejó claro el campo de juego constitucional que el Gobierno no piensa traspasar: ninguna doctrina religiosa será nunca fuente inspiradora del ordenamiento jurídico. "Nadie puede pretender que las normas jurídicas vengan dictadas por principios religiosos que sólo pueden vincular a quienes los profesan". Advirtió a la Conferencia Episcopal de que los años del Estado como "brazo secular que tantos servicios prestó a la Iglesia católica en el pasado han desaparecido para siempre". Blanco interpretó que algunas de las declaraciones de responsables católicos indicarían que aún existen "rescoldos de nostalgia de otros tiempos".

Por otra parte, en Murcia, unas 5.000 personas, especialmente alumnos de la Universidad Católica, se manifestaron contra la política socialista sobre el matrimonio de homosexuales, la asignatura de religión y el divorcio, convocados por la diócesis y por la confederación católica de padres de alumnos, Concapa, informa Tono Calleja.

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