"El nuevo texto inclina Europa hacia la izquierda"
Hace poco más de un año vio rechazar el euro en un referéndum en el que el bando del no se alzó con una victoria aplastante, y ahora se enfrenta a un nuevo desafío, cuando su país deberá decidir si aprueba o no la Constitución europea.
El primer ministro sueco, el político socialdemócrata Göran Persson (Sörmland,1949), no va a convocar esta vez una consulta popular, sino que pondrá el asunto en manos del Parlamento. Recurre así a una de las dos posibilidades abiertas a los Estados miembros de la Unión Europea para ratificar el tratado. Pero si lo hace no es porque quedó escarmentado de aquella experiencia con el referéndum sobre el euro como principal defensor del sí, sino porque no lo considera necesario.
"El tratado es un paso de gigante y hace a la UE más democrática y transparente"
"No es necesario, porque no modifica la relación entre Suecia y la Unión Europea", declaró ayer a EL PAÍS. "Los tratados de Niza y de Amsterdam fueron ratificados por el Parlamento. Además, los resultados de los referendos son difíciles de predecir y, desde luego, no se debe abusar de ellos. Ya tuvimos también uno para el ingreso en la Unión Europea. Esto [la ratificación del texto constitucional de la Unión] no es sobre nuestro ingreso en Europa. No quiero poner las cosas difíciles con una consulta de ese tipo, que a la larga puede debilitar el Parlamento".
Para Persson, el nuevo tratado es "un paso de gigante y hace a la Unión más comprensible, más democrática y transparente". No obstante, el primer ministro sueco considera el texto muy complicado, bastante difícil, y por eso quiere que el Parlamento sueco se tome su tiempo para ratificarlo.
Considera que "hay bastantes posibilidades" de que algún país miembro rechace la Constitución, pero acepta que "el pueblo tiene derecho a escoger lo que mejor le parezca". A su juicio, se trata de "un proceso muy difícil" que hay que llevar adelante. "No se debe asumir de antemano que esto va a salir fácil".
Como otros líderes socialistas que han asistido a la reunión de ayer en Madrid, el primer ministro sueco rechaza opinar sobre qué ocurrirá si hay un rechazo, porque ahora hay que centrarse en hacer que llegue el mensaje a la gente. "No se puede pensar ahora en el plan B", afirma.
En el aspecto social, Persson apoya la Constitución porque viene a reforzar lo ya aprobado en Amsterdam -política social, medio ambiente- e introduce temas sociales europeos muy actuales. "No hay que olvidarlo: inclina la balanza de Europa hacia la izquierda".
Para Persson, el futuro de la socialdemocracia queda asegurado. "Debe recordarse una cosa, y es que la mayoría de los [ciudadanos] que viven en la Unión Europea están bajo gobiernos socialdemócratas. Eso es lo primero. Lo segundo es que nunca se ha gastando tanto dinero como se gasta hoy en educación, seguridad social, sanidad, ayuda a los ancianos, medio ambiente. Es cierto que, al mismo tiempo, hay unos impuestos muy altos, pero aplicados a esos aspectos".
El primer ministro sueco no tiene dudas de la Unión Europea se encamina "soluciones colectivas". "Soy bastante optimistas en la vía hacia un socialismo moderno en Europa", asegura.
"Tampoco hay que olvidar que los países con impuestos más altos, como ocurre en los Estados escandinavos, son los que tienen un mayor crecimiento económico y una mayor competitividad. Por tanto, soy muy optimista sobre el futuro, que hay que compartir con otra gente, no de forma aislada".
Según Persson, un ejemplo de los beneficios que trae consigo la integración europea es el fuerte impulso que la economía de los países bálticos ha recibido desde su ingreso, en mayo de este año.
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