Un informe oficial de EE UU critica la falta de liderazgo diplomático

El Gobierno de EE UU debería modificar con urgencia sus enfoques y métodos sobre el mundo musulmán porque después de las invasiones de Irak y de Afganistán se ha creado un sentimiento antiamericano que ha reforzado a los islamistas más radicales en el conjunto de los musulmanes, según un informe del Consejo Científico de la Defensa, un comité independiente que asesora al Pentágono. El informe pide una "comunicación estratégica" que "entienda actitudes y culturas y respete la importancia de las ideas", que "sea creíble para que pueda persuadir" y que contrarreste la mala imagen de EE UU en el mundo.

El informe tiene un centenar de páginas y que trata de dar respuestas a preguntas públicamente expuestas hace meses por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En una crítica implícita al Departamento de Estado y a su titular, Colin Powell, asume que "la diplomacia pública de EE UU está en crisis" por ausencia de "liderazgo fuerte, de dirección estratégica, de coordinación adecuada y de recursos suficientes", y que la responsabilidad alcanza a la Casa Blanca y al Congreso, además de a los organismos correspondientes.

En el capítulo del terrorismo, se reprochan los enfoques "tácticos" y se sugiere que los análisis se hagan en el contexto de "las transformaciones internas en el seno del islam y como prolongación de los enfrentamientos del siglo XX entre tolerancia y totalitarismo. La crisis del islam debe ser entendida como una lucha de ideas y abordada en consecuencia". Una lucha, se añade, que no se libra sólo en los países islámicos.

"Infieles y tiranos"

El problema, según se desprende el informe, es la incapacidad para asumir cómo los ciudadanos del resto del mundo, especialmente los musulmanes, entienden o perciben la política y las acciones de EE UU. "Ante los ojos de los musulmanes, la ocupación de Afganistán e Irak no lleva a la democracia, sino a más caos y sufrimiento", y las acciones de EE UU se contemplan como "encaminadas a servir mejor a sus intereses". En Arabia Saudí, se dice, "la mayoría de la población cree que EE UU trata de debilitar al islam (...) En otras palabras, América se ha convertido en el enemigo. Es notable que las opiniones más fuertes contra EE UU se dan precisamente en aquellos lugares dirigidos por los que los musulmanes llaman infieles y tiranos, tiranos a los que nosotros apoyamos. Esto debería hacernos reflexionar". Comparar a la población musulmana con los europeos del Este oprimidos por la URSS "sería un error estratégico". La guerra contra el terrorismo "no es la guerra fría".

Entre otros elementos, el informe apunta que los musulmanes son hostiles hacia EE UU "porque odian nuestras políticas, no nuestras libertades"; que los acontecimientos posteriores al 11-S y las acciones de EE UU "han elevado la autoridad de los insurgentes de la Yihad y han tendido a ratificar su legitimidad entre los musulmanes". "Las políticas de EE UU en el conflicto israelo- palestino y en Irak han dañado nuestra credibilidad y nuestro poder de persuasión", concluye.