Los ocho miembros de una red de pornografía infantil evitan su ingreso en prisión
Ocho integrantes de una red que difundía e intercambiaba material pornográfico infantil a través de Internet evitarán la prisión tras aceptar ayer la pena de dos años de cárcel propuesta por el fiscal por un delito de corrupción de menores del que se reconocieron culpables. Los miembros de la red fueron juzgados ante un tribunal penal de Pamplona, donde reside su principal responsable. Aunque el fiscal había solicitado inicialmente penas de cárcel de entre tres y nueve años para los miembros de la red, especialmente para su cabecilla Luis María Goñi Arlegui, todos sus miembros evitarán la prisión al haber retirado la fiscalía una de sus acusaciones y carecer de antecedentes penales. Además, la sala aplicó a Goñi Arlegui la atenuante de trastorno mental grave.
Los condenados participaron entre los años 2000 y 2001 en foros de Internet creados por Goñi Arlegui, de cincuenta años de edad, a través de los que se distribuía e intercambiaba material pornográfico de naturaleza pedófila. El cabecilla fue detenido en Pamplona en febrero de 2001 y la Policía encontró en la vivienda desde la que gestionaba la red cientos de cintas de vídeo, disquetes informáticos y diverso material pornográfico infantil que él recibía y vendía posteriormente. Las simultáneas detenciones en Madrid, Cantabria, Málaga y Sevilla de los restantes acusados permitió incautar cientos de ficheros con imágenes pedófilas.
A partir de ahí, Interpol siguió la pista de 55 personas residentes en otros países que actuaban como distribuidores de la red creada por Goñi. Éste había elaborado en Internet listas de distribución de pornografía infantil y un foro virtual desde el que se defendía y animaba a practicar la pedofilia y se vendía material audiovisual con prácticas sexuales con menores de edad, todos ellos varones. Tras su puesta en libertad, el inculpado volvió a incurrir nuevamente en esta actividad ilícita y fue de nuevo detenido.
La Policía señaló que Goñi Arlegui preparaba nuevas campañas para la captación de clientes, a los que distribuía encuestas sobre sus gustos y edades de preferencia. Además, asesoraba a sus clientes sobre pagos en el extranjero para el material que vendía.
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