La comisión del 11-M decide aclarar la trama asturiana antes de citar a Aznar y a Zapatero

Las comparecencias en la Comisión del 11-M del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su antecesor, José María Aznar, se posponen unos días por la iniciativa del PSOE, avalada por los demás grupos con limitado entusiasmo, de que tres mandos de la Guardia Civil de Asturias declaren el próximo lunes. El PSOE forzó este retraso al considerar que la gravedad de la trama que permitió la obtención en el Principado de los explosivos de la matanza de Madrid debía tratarse antes de las citaciones de Aznar y Zapatero. Los socialistas se opusieron a última hora a una nueva comparecencia de Félix Hernando.

El ex presidente comparecerá el 29 de noviembre, y Zapatero, el 13 de diciembre

El guión de la Comisión del 11-M se ha vuelto a alterar. Las comparecencias del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del ex presidente Aznar, así como de un representante de las víctimas, se retrasarán: Aznar irá el 29 de noviembre; Zapatero el 13 de diciembre, y el cierre, con un representante de la Asociación de Víctimas, será el miércoles 15.

El próximo lunes, en vez de Aznar, acudirán al Congreso, a propuesta del PSOE, Pedro Laguna, ex jefe de la Comandancia de Asturias; Luis Antonio Búrdalo de la Fuente, actual jefe y sustituto de Laguna, y, a propuesta del PP, José Antonio Rodríguez Bolinaga, destituido el martes pasado por José Antonio Alonso, ministro del Interior, como jefe de la comandancia de Gijón. Alonso ha prescindido de Bolinaga porque éste ocultó durante un mes una cinta grabada hace tres años. En esa cinta, que grabó el agente Jesús Campillo, el confidente Javier Villazón Lavandera, Lavandero, cuenta que Antonio Toro, uno de los implicados en los atentados del 11-M, le había confesado que traficaba con explosivos y que buscaba a alguien que supiera montar bombas con teléfonos móviles.

Ayer, horas antes de acordarse estas tres comparecencias, el PP había propuesto citar de nuevo a Félix Hernando, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El PSOE aceptó, pero luego rectificó y ofreció al PP que propusiera a "otro asturiano". Los populares solicitaron entonces la presencia de Campillo y Lavandero. Ninguno de los dos acudirá al Congreso.

Los socialistas enmarcan su decisión de demorar las comparecencias de Zapatero y Aznar para aclarar la trama de los explosivos de Asturias. Argumentaron su negativa a llamar de nuevo a Hernando en que éste nada tiene que ver con el asunto. Los socialistas barruntan que al PP le movía el interés, con la petición de una nueva comparecencia del jefe de la UCO, de ahondar en la tesis de la relación del 11-M con ETA y en la relación de confidentes e imputados con anteriores cargos socialistas de la Seguridad del Estado, en referencia implícita a Rafael Vera. Los populares respondieron con "perplejidad" porque este argumento no fuera planteado por los socialistas en las dos reuniones informales de la comisión y sí, horas después, ante los periodistas.

La dirección del PSOE reconoció que tomó la iniciativa de retrasar las comparecencias de Aznar y Zapatero al tener el convencimiento de que después de ambas los grupos pedirían la citación de los mandos de la Guardia Civil de Asturias. "Hablen ahora y callen para siempre", zanjó el portavoz socialista, Álvaro Cuesta. El popular Vicente Martínez-Pujalte le replicó que su grupo seguirá pidiendo más comparecencias para "que se siga investigando hasta el final".

En todo caso, el Gobierno y el PSOE no ocultan su interés por "poner en evidencia" en las declaraciones del próximo lunes la "falta de coordinación y la dejación de responsabilidades, como mínimo", de mandos de la Guardia Civil de Asturias en la etapa del PP.

Los cambios se ajustaron enseguida. A media tarde, el presidente de la Comisión del 11-M, Paulino Rivero, obtenía respuesta de los gabinetes de Aznar y de Zapatero dándoles las nuevas fechas. El acuerdo se produjo, según el relato de todos los grupos, sin diferencias entre el PSOE, el PP e IU. Aunque incluía a Hernando, luego vetado por los socialistas. Desde IU, Gaspar Llamazares estimó necesarias las nuevas comparecencias y defendió que fueran antes de las de Aznar y Zapatero.

Esta situación provocó en el resto de los grupos una oleada de consternación. CiU, PNV, ERC y Grupo Mixto (en su representación NB y CHA) comparecieron juntos para mostrar su temor de que -en palabras de Joan Puig, de ERC- "se siga mareando la perdiz porque siempre habrá nuevos titulares de periódicos, o la propia investigación judicial".

"Yo tenía una sensación personal, una premonición de que Aznar no iba a comparecer el próximo lunes, y así es", le siguió el representante de CiU, Jordi Jané, para quien "de la fumata blanca se ha pasado a la fumata de Navidad". Los minoritarios expresaron su temor a que si Aznar y Zapatero declaran en diciembre, la atención de los ciudadanos estará en las fiestas navideñas.

Estos grupos defendieron sin éxito que las comparecencias de los miembros de la trama asturiana se produjeran después de las de Aznar y Zapatero. El representante de CHA, José Antonio Labordeta, recordó que hoy, a las nueve de la mañana, acude al Congreso el ex secretario de Estado de Seguridad Ignacio Astarloa. "Con él ya sería suficiente porque era el jefe de los guardias civiles". Emilio Olabarria, del PNV, adelantó que ésta era la última vez, por "decoro institucional", que su grupo votaba una nueva tanda de comparecencias.