Cirugía incruenta para fracturas vertebrales por osteoporosis
El hospital Clínico San Carlos, de Madrid, es uno de los escasos centros del Sistema Nacional de Salud (SNS) que realiza desde hace dos años una nueva técnica quirúrgica, mínimamente invasiva, para tratar fracturas vertebrales por osteoporosis. Hasta el momento, el centro ha practicado casi medio centenar de operaciones. Las fracturas osteoporóticas de vértebras dorsales y lumbares (rara vez se ven afectadas las cervicales) se presentan en torno a la mitad de las personas mayores de 75 años que padecen esta enfermedad del metabolismo óseo; la mayoría, mujeres.
"El nuevo procedimiento, conocido como cifoplastia con balón, se realiza en quirófano y con anestesia general, ya sea de manera ambulatoria o mediante estancia hospitalaria de un día. Por su reducida agresividad y excelentes y rápidos resultados, presenta claras ventajas sobre las terapias convencionales", sostiene Luis López-Durán, jefe de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Clínico.
Este servicio, en colaboración con el departamento de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad Complutense, acaba de desarrollar un curso teórico-práctico para dar a conocer la técnica a especialistas de otros hospitales.
En palabras de López-Durán, es una nueva alternativa para un problema que hasta ahora sólo se trataba con analgésicos, corsés y encamamiento y que limitaba notablemente la actividad del paciente. También sustituye a cirugías más agresivas, que exigen una convalecencia más larga y dolorosa, si bien este tipo de intervenciones "no suelen practicarse para resolver las fracturas vertebrales osteoporóticas", advierte el traumatólogo.
Dolor incapacitante
Las fracturas de vértebras dorsales y lumbares por osteoporosis se expresan en numerosos casos con un intenso dolor, muy incapacitante, y si no se tratan, incrementan notablemente la aparición de nuevas fracturas y la mortalidad en un 25% a los cinco años.
Mediante el método de cifoplastia con balón se consigue un alivio inmediato del dolor en más del 90% de los pacientes, lo cual posibilita la restauración de la altura vertebral.
"Gracias a esta técnica", explica López-Durán, "es posible acceder a la lesión, sin apenas incisiones quirúrgicas, por un sistema de agujas, que es controlado visualmente mediante rayos X. Una de las agujas porta un pequeño artilugio, que es el balón. Éste se hincha y crea una cavidad dentro del cuerpo vertebral, en la que se inyecta un cemento acrílico de alta densidad. Todo ello se practica también con una inyección de contraste radiográfico, a fin de comprobar que la médula espinal no está expuesta a ningún riesgo".
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