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UGT cifra en 130.000 los casos de acoso moral en el trabajo en Euskadi

Los inspectores de Trabajo han recibido 217 denuncias desde 2001

Entre el 12% y el 16% de la población activa de la comunidad autónoma ha sufrido en algún momento de su vida laboral episodios de acoso moral en el trabajo (mobbing), según una estimación realizada por el sindicato UGT. Este porcentaje da una cifra de alrededor de 130.000 personas que habrían padecido en Euskadi este tipo de conducta. En el conjunto de España serían 2,3 millones.

La central sindical celebrará el próximo miércoles un encuentro con sus delegados para que se impliquen más en un problema que consideran de "salud laboral". UGT considera que el 70% de los casos de mobbing se podrían atajar con una intervención rápida en su origen. Sin embargo, para ello resulta imprescindible que todos los sectores de las empresas, desde la dirección a los trabajadores, pasando por los representantes sindicales, tomen conciencia de estas conductas, que pueden llegar a ser delictivas. El año pasado se dictaron en España un centenar de sentencias, aunque se estima que sólo una de cada tres denuncias llega a los tribunales.

El estudio sobre el mobbing realizado por el sindicato UGT recoge datos propios y otros procedentes del Observatorio Vasco de Acoso Moral. Según los datos de este instituto público, el pasado año se dictaron 100 sentencias sobre acoso y 60 fueron favorables para las víctimas. Más allá de los casos que se dirimen en los tribunales, UGT estima que por cada episodio que llega a los tribunales hay tres que se cierran con un acuerdo extrajudicial entre las partes.

Antonio González, asesor laboral de UGT-Euskadi y experto en acoso moral en el trabajo, lamenta que se busque la judicialización de este fenómeno, sobre todo en atención a la víctima del mobbing. "No se puede meter a una persona en un proceso donde le van a decir de todo, con el riesgo de caiga en una depresión. Hay que buscar caminos intermedios. La vía judicial debe ser lo último", señala González, tras recordar que se trata de un problema de salud laboral y que se genera por medio de una relación de poder.

Desde UGT se lamenta que en el observatorio que existe en Euskadi, fruto de un convenio entre el Consejo Vasco de la Abogacía y el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social, no participen los sindicatos y lo hagan juristas y responsables de las administraciones. La central considera que los sindicatos deben estar representados en ese órgano, al tratarse de un asunto estrictamente laboral. "No hay necesidad de tanto abogado, porque es una cuestión sindical de salud laboral y prevención", recalca González.

Desde este planteamiento, el sindicato va a reivindicar la intervención de los delegados sindicales, al ser los más cercanos a los trabajadores. González también lamenta que, por falta de preparación, los sindicatos asesoren sin problemas en un accidente laboral, y no lo hagan de la misma forma en un caso de acoso.

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Además del mobbing, González reivindica la intervención preventiva en los otros riesgos psicosociales del ámbito laboral como el estrés o el desgaste profesional (burn out). Pide que se establezcan cláusulas específicas en la negociación colectiva que habiliten protocolos de actuación en cada caso. El papel de los sindicatos, según UGT, debe ser también informar en los centros de trabajo sobre estas cuestiones para poder cortarlas de raíz.

Los estudios estimativos realizados por UGT indican que, en Guipúzcoa hay 45.000 casos, en Vizcaya 65.000 y en Álava 20.000. Los mayores afectados son, según la central, las mujeres, que copan el 60% de los episodios de acoso laboral embargo, rechaza que sea una "cuestión de genero" y lo define como un tema de poder. Los más débiles son las víctimas propicias de los acosadores, que se ceban en los menores de 30 años en precariedad laboral y en las mujeres de entre 30 y 50 años en "situaciones familiares de vulnerabilidad: separadas y viudas con cargas familiares".

Antonio González también señala que es muy difícil demostrar ante un juez qué es lo que le pasa a un trabajador y asegura que, por desgracia, no se respetan en los centros de trabajo los derechos de los ciudadanos. "Hay que cambiar la idea de que renunciar a la integridad, el honor o la libre expresión va implícito en el empleo", señala.

La importancia del acoso moral en el trabajo es tal que el Departamento de Empleo anunció el pasado junio que está preparando un plan para prevenirlo. La intención de la consejería es que este plan, el primero de estas características que impulsa cualquier administración en España, se encuentre ya en marcha en 2006. Desde 2001, año en el que se empezó a hablar del mobbing, hasta junio, los inspectores de trabajo de Euskadi han recibido 217 denuncias. De ellas, 15 han terminado con una sanción a la empresa, en 69 se ha llegado a un acuerdo amistoso y el resto se encuentran en trámite o se ha desestimado.

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