Empiezan las obras para conectar el AVE con Francia
La concesionaria había renunciado a la obra por los planteamientos del Gobierno francés
Las obras del túnel para el tren de alta velocidad que conectará España y Francia entre Figueres (Alt Empordà) y Perpiñán empezarán esta semana, nueve meses después de la firma del convenio para su construcción suscrito por los gobiernos de ambos países y la Unión Temporal de Empresas (UTE) que obtuvo la concesión. Ésta había renunciado a la obra al conocer que el Ejecutivo francés retrasaba la adecuación a la alta velocidad del tramo de vía entre Perpiñán y Montpellier.
La concesionaria, que financia la inversión con un peaje, entendía que sin el tramo francés la circulación de trenes quedaba seriamente amenazada.
El túnel pirenaico para el tren de alta velocidad es el único en Europa que será de peaje. Cada tren pagará una cantidad para cruzar el Pirineo con la que se financiarán las obras, presupuestadas en 852 millones de euros. Estos túneles serán de uso mixto, para trenes de pasajeros y de mercancías, lo que supone que los primeros no podrán alcanzar tampoco en este tramo la velocidad de 350 kilómetros por hora anunciada por el ex ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos.
Además, al renunciar la UTE a la concesión tras el anuncio del Ejecutivo francés de aplazar las obras en el tramo entre Perpiñán y Montpellier (el único que no será de alta velocidad en una línea que podrá unir Sevilla, Madrid y Barcelona con el norte de Europa), los gobiernos francés y español renegociaron el contrato y aceptaron una cláusula que contempla indemnizaciones a la concesioniaria en el caso de que cambiasen las condiciones de tráfico. Es decir, si finalmente se construyera una vía de ancho europeo para los trenes de mercancías, como pretende el Gobierno catalán, habría que compensar a la empresa titular del túnel por el tráfico que perdiera.
Saturado en 10 años
Fuentes de la Generalitat conocedoras de estas claúsulas estiman que son menos graves de lo que supusieron en un principio ya que la capacidad del túnel, siempre teniendo en cuenta el paso de mercancías y pasajeros, quedará saturada en un plazo máximo de 10 años, de manera que la construcción de la otra vía (que saldría de los puertos de Tarragona y Barcelona y pasaría por Portbou) podría abordarse para que estuviera lista en 2015 sin necesidad de tener que abonar compensaciones.
El túnel cuyas obras empezarán esta semana tiene una longitud de 8.350 metros y un plazo de construcción de 60 meses desde la firma del contrato. Los gobiernos central y catalán se han comprometido a que los trabajos estén terminados en 2009, de modo que puedan ya pasar los trenes que ese mismo año deben haber llegado también a Barcelona. Así, entrarían casi simultáneamente en servicio los últimos tramos de la línea de alta velocidad entre Madrid, Barcelona y la frontera francesa. El Gobierno del PP se comprometió a que estuvieran en marcha en 2004.
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