Juegos creativos en la nueva cocina nipona
MIYAMA, renovada gastronomía japonesa en un restaurante recién inaugurado en Madrid
Quienes conocen a fondo la cocina japonesa saben que su recetario es mucho más variado de lo que a primera vista aparenta. Más allá de las bandejas de tempura y de los surtidos de sushi y sashimi, que todo lo acaparan, en su repertorio figuran platos de ebullición geniales (sabu-sabu y sukiyaki, basados en caldos concentrados de carnes y verduras), además de sopas y ensaladas de múltiples matices.
En la última década, la cocina nipona se ha enriquecido con aportaciones distantes. Entre la cocina imperial (kaiseki), cuyo máximo representante es Kunio Tokuoka (de Kitcho, en la ciudad japonesa de Kioto, calificado por Ferran Adrià como uno de los mejores restaurantes del mundo), y las recetas de fusión de Nobu Matsuhisa, asociado con Robert de Niro en sus famosos locales estadounidenses, existen verdaderos abismos. En la costa oeste de Estados Unidos nacieron los ya populares california rolls; en México ha cundido el hábito de incorporar aguacate y crema de queso a los maki rolls, mientras que en Lima (Perú), dos grandísimos cocineros, Toshiros y Sato, elaboran los platos de mestizaje (cocina nikkei) más sabrosos del planeta. Nadie duda que en estos momentos la cocina nipona se permite crecientes juegos creativos.
MIYAMA
Flor Baja, 5. Madrid. Teléfono 915 40 13 86. Cierra domingos y festivos. Precio aproximado por persona, entre 30 y 40 euros. Menú ejecutivo, 25 euros. Menú degustación, 38 euros. Tartar de atún picante con piperada, 6,20 euros. 'Sushi' variado tradicional, 16,50 euros. 'Teriyaki' de lomo de atún, 10,80 euros. Tarta casera, 5 euros.
Café ... 6
Bodega ... 5,5
Ambiente ... 6
Servicio ... 6
Aseos ... 6,5
Pan ... (no se sirve)
Hiroo Miki
En Miyama, local recién inaugurado en Madrid, el cocinero Hiroo Miki, que lleva más de tres lustros en España, juega a capricho con ingredientes y salsas. Como muestra, su deliciosa ventresca de atún a la plancha, que adereza con una salsa de soja al vino de oporto. O su surtido de nigiri sushi new style, cuyas tiras de pescados y mariscos crudos (atún, salmón, langostinos, vieiras, besugo) se flamean con soplete y se impregnan de un desconcertante fondo requemado. O el suculento tartar de atún, que se acompaña de un fondo de piperada, al estilo vasco. En suma, cocina nipona basada en la calidad de las materias primas, que se atreve a modificar los detalles tradicionales.
Junto a los surtidos de sushi y sashimi, en la carta hay tempuras de verduras y mariscos y unas sabrosas carnes a la plancha, como el solomillo de vacuno a la salsa teriyaki con ensalada verde. La sensibilidad de Hiroo Miki se aprecia en el punto que da a las recetas. Lo ratifican las vieiras salteadas con huevas de bacalao en salazón, una delicia repleta de notas yodadas, así como dos de sus ensaladas: la de verduras, que incorpora lascas finísimas de un insólito tofu crujiente ligado con leche de coco, y la de bogavante, que se adereza con su propio coral convertido en crema.
MENÚS DESDE 18,80 EUROS
MIYAMA (literalmente, la montaña bonita) ocupa un recoleto local a dos paso de la Gran Vía madrileña. Durante años, en el mismo local trabajó Tokio Taro, otro restaurante japonés que regentaba Masao Kikuchi, patriarca de la cocina nipona que ahora supervisa el lujoso Taro Guadalpín en Marbella. Como era lógico, el local ha sufrido una profunda remodelación y se ha revestido de tonalidades claras. Lástima que la sala sea tan ruidosay se escapen humos incordiantes de la cocina.Para comer, o se escogen especialidades de la carta o se solicitan algunos de sus menús cerrados. El del día (18,80, sólo de lunes a viernes al mediodía) incluye seis piezas de nigiri, seis de maki, sopa de miso, tempura, cerveza y postre. Otra variante comprende sashimi variado, arroz blanco, sopa de miso, tempura y dulce. Más entidad posee el menú ejecutivo (25 euros, de lunes a sábado al mediodía), que incorpora dos platos y postre y brinda la opción de elegir entre un amplio surtido de recetas. Para disfrutar existe un menú degustación (38 euros por persona) que es un pequeño festín. De los aperitivos se salta al tartar de atún y a la sopa clara de albóndigas de pescado, pasando por el teriyaki de solomillo. Se concluye con el surtido sushi new style y se finaliza con los postres.Como suele ser habitual en los restaurantes asiáticos, los dulces dan un bajón considerable. Ni la tarta casera de té verde ni la mousse japonesa valen nada. A pesar de que las mejores bebidas para esta cocina son la cerveza, el champaña o el sake, la bodega demuestra muchas inquietudes.
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