Francia da un solemne adiós a Arafat antes de su último viaje
Chirac garantiza que seguirá trabajando por la seguridad en Oriente Próximo
La Marcha fúnebre de Chopin y los himnos francés y palestino acompañaron el traslado del féretro de Yasir Arafat a hombros de ocho militares franceses, en traje de gala, en la hora del último viaje. Un Airbus del Gobierno de París se lo llevó anoche a El Cairo tras un homenaje tan sobrio como solemne -el primero de los preparados al dirigente histórico-, con la Guardia Republicana rindiendo honores y Suha Arafat rota en lágrimas.
Ante el cadáver del rais, Jacques Chirac había comprometido poco antes la palabra de su país de "continuar actuando incansablemente por la paz y la seguridad en Oriente Próximo". A la luz del atardecer, el escenario de la despedida fue la base aérea de Villacoublay, la misma en que otro avión francés había aterrizado el 29 de octubre con el líder palestino todavía vivo. Cubierto con la bandera palestina, el féretro fue introducido en la bodega del avión, al que subieron como pasajeros la viuda de Arafat y el ministro de Exteriores palestino, Nabil Shaat, entre otras personas. El jefe del Gobierno francés, Jean-Pierre Raffarin, dio relevancia institucional a la ceremonia de despedida, "digna de un jefe de Estado", según fuentes diplomáticas.
El presidente de la República, Jacques Chirac, había acudido horas antes al hospital para rendir a Arafat "el último homenaje" y dirigir un mensaje de amistad y solidaridad al pueblo palestino. Tras permanecer 25 minutos ante el ataúd, Chirac abandonó el centro sanitario con la promesa de que su país continuará "actuando incansablemente por la paz y la seguridad en Oriente Próximo; naturalmente, en el respeto de los derechos de los pueblos palestino e israelí".
Era su segunda visita a Arafat, tras la que le hizo el día del ingreso en la unidad de cuidados intensivos. Chirac ha supervisado las dos semanas de hospitalización de Arafat en Francia, uno de los puntos de apoyo de la Autoridad Palestina. Chirac, que probablemente ha intervenido también para cortar la polémica intentada por Suha Arafat contra los sucesores de su marido, besó ayer a la viuda mientras le daba el pésame.
La jornada había comenzado antes del alba, cuando una agitación de coches negros y refuerzos policiales sobresaltó a los ateridos partidarios de Arafat que luchaban en la calle contra el frío frente a la no menos aterida guardia periodística, a las puertas del hospital militar Percy, a 10 kilómetros de la capital francesa.
Pronto comenzaron a llegar muchas más personas hasta los accesos al sanatorio. Las lágrimas asomaron entre los cientos de palestinos arremolinados, algunos de ellos tocados con el mismo tipo de pañuelo a cuadros negros que utilizaba su líder, mezclados con cantos nacionalistas y vivas a Palestina. "Abu Ammar Arafat, tú serás tan glorioso como el Che", rezaba uno de los mensajes.
El cuerpo del líder palestino fue lavado según el rito musulmán y amortajado en un sudario blanco sin costuras. Sin arriesgarse lo más mínimo, las autoridades decidieron que el trayecto desde el hospital a la base aérea -10 minutos en coche- , se hiciera en helicóptero. Cientos de personas se concentraron ante la entrada al aeródromo, contentándose con observar el paso de los coches que llevaban a las personas autorizadas a participar en la ceremonia, mientras se escuchaban gritos de "Todos somos palestinos".
Una calma absoluta acompañó la última jornada de Arafat en Francia. La policía controló sin problemas el hospital y la base aérea, de modo que los simpatizantes de Arafat sólo tuvieron derecho a ver de lejos el traslado. Pero no hubo animosidad por ello: al contrario, algunos ¡vivas! a Francia y a Chirac, que sin duda se apunta un tanto ante gran parte de la opinión pública de los países árabes y la minoría musulmana en Francia.
Secreto sobre las causas de la muerte
"El señor Yasir Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, ha muerto en el hospital militar Percy, en Clamart, el 11 de noviembre de 2004 a las 3.30 horas". Punto final. Esto es la totalidad del comunicado difundido ayer por la autoridad militar francesa sobre la muerte del rais, lo cual abre un bulevar al ejército de investigadores que pretenderá desentrañar el misterio de su muerte.
Primero se habló de "gripe intestinal". Después se sucedieron las especulaciones sobre un cáncer, una leucemia o un envenenamiento. Todas ellas han sido desmentidas por su entorno y de forma notoria por el ministro de Exteriores, Nabil Shaat. El general médico Christian Estripeau, portavoz francés, no se ha movido un milímetro de la verdad oficial. Lanzado a la fama mundial por la parquedad de sus partes médicos, el general reiteró ayer que no tenía nada que declarar sobre las causas de la muerte. "No corresponde al Servicio de Salud de los Ejércitos revelar hechos que sólo son revelados a la familia", contestó. Sólo la viuda de Arafat posee la llave que puede aclarar el enigma.
De forma anónima, fuentes médicas han revelado que Arafat llevaba en un coma "muy profundo" al menos desde la noche del 3 al 4 de noviembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.