Un moderado con amigos fuera y enemigos dentro
Mahmud Abbas, casi más conocido en Oriente Próximo como Abu Mazen, fue la sombra de Yasir Arafat hasta que el veterano líder cedió a las presiones de EE UU e Israel y aceptó la figura de un primer ministro, cargo que ocupó Abbas el 29 de abril de 2003. Sólo permaneció en él cuatro meses, tiempo suficiente para separar a quienes fundaron juntos el movimiento Al Fatah, en 1965. Las continuas desavenencias y enfrentamientos entre ambos llevaron al primer ministro a presentar la dimisión con la esperanza de que su viejo amigo le renovara su confianza. No fue así. Mahmud Abbas resultó quemado por los intentos de EE UU e Israel de utilizarle como contrapeso del veterano dirigente, quien dejó de verle como un amigo para verle como un rival.
Defensor a ultranza de la desmilitarización de la segunda Intifada, Abbas es considerado por buena parte de los palestinos como "demasiado moderado". Pidió públicamente a los movimientos radicales, Hamás y Yihad Islámica entre otros, que la revuelta popular continuara únicamente por métodos no violentos. Artífice de los Acuerdos de Oslo, este negociador incansable que tiene sus mayores apoyos en EE UU e Israel, trató de buscar una salida al bloqueo del proceso de paz y, junto con el entonces ministro de Justicia israelí, el laborista Yosi Beilin, trazó al final de la década pasada un nuevo plan de paz -el Plan Beilin-Abu Mazen- que murió antes de empezar.
Abu Mazen también sufrió el exilio y refugio. Nació en Safad (norte de Israel), en 1935, pero su familia se fue a Siria en 1948 tras la primera guerra árabe-israelí. Realizó sus estudios en la desaparecida Unión Soviética. En 1996 fue nombrado secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina y ayer, a la muerte del líder que sirvió con lealtad, ascendió a la presidencia.
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