'Western' a la australiana

Ajusticiado en 1880, objeto de numerosas revisiones cinematográficas desde fecha tan temprana como 1906, el irlandés Ned Kelly vivió sus cortos 25 años de vida en Australia, donde su mala ventura y una justicia que no merece el nombre de tal lo empujaron hacia la delincuencia. O, dicho de otra manera, Kelly comparte con numerosos antihéroes que en el cine americano han sido su origen social pobre, su situación de explotados y un carácter indómito que les llevó a atravesar el siempre estrecho límite de la ley para convertirse en perseguidos.

Con una biografía así, un elenco de actores multipremiados en el que destacan Orlando Bloom, Geoffrey Rush y Naomi Watts, y una imaginación visual ciertamente menguada, Gregor Jordan, nuevo en esta plaza, afronta la biografía de Kelly desde un notable sentido del pudor y con muy escaso brío.

Desperdicia así las variantes de una vida que le podrían haber llevado a construir una biografía más sólida, con más aristas y mayores ganchos en la denuncia. Pero bien porque el guión sólo se limita a contar una historia de buenos y malos, bien porque lo que le ocurre a Kelly ya lo hemos visto antes muchas veces, pero lo cierto es que la película se queda sólo en un blando mensaje destinado al consumo interno, con algunos elementos que, de cuando en cuando, nos acercan al viejo western épico americano... pero sin su nervio, sin el telurismo agreste de sus paisajes, sin la fuerza de la epopeya.