Diluvio de fuego sobre la ciudad
El agua y la luz están cortadas y los pocos médicos que quedan hablan de crisis sanitaria
El centro turístico situado a orillas del lago al norte de la ciudad asediada de Faluya nunca había estado tan lleno. Pero los niños que juegan en la playa de la Ciudad Turística de Habbaniya no están de vacaciones. Tuvieron que huir de sus casas en Faluya, una localidad golpeada en las últimas semanas por los constantes bombardeos aéreos y de artillería de las fuerzas estadounidenses en previsión del asalto final contra los insurgentes.
"Hemos acomodado 300 residencias para las familias que huyen de Faluya y tenemos además tiendas para otras 150 familias", dijo Karim al Dulaimi, uno de los responsables del centro. Organizaciones humanitarias han proporcionado alimentos y ropas para los refugiados de Habbaniya, que no saben qué quedará de sus casas cuando vuelvan a la ciudad después de los combates.
Los habitantes que quedaron en Faluya -más de la mitad, especialmente las mujeres y los niños, huyeron en las últimas semanas- se escondían ayer donde podían para protegerse del diluvio de fuego que marcó el inicio de la ofensiva. Algunos guerrilleros patrullaban las calles casi desiertas a la espera del asalto terrestre de las fuerzas estadounidenses e iraquíes, según pudo observar un corresponsal de la agencia France Presse. De vez en cuando pasaba un vehículo para evacuar a los heridos.
El suministro de agua y luz está cortado desde el domingo y faltan material quirúrgico y medicamentos, según indicaron responsables de centros hospitalarios. "Todos los cirujanos de la ciudad se han quedado en el hospital central [tomado por las tropas iraquíes y norteamericanas en las primeras horas del asalto]. La mayoría de las ambulancias también fueron requisadas. Nos falta material", explicó el doctor Hachem Isaui, de una de las clínicas de la ciudad. "La mayoría de los pacientes sufren heridas en el vientre y necesitan ser operados, pero no tenemos a ningún cirujano", añadió.
Sólo en el día de ayer, 12 personas murieron y otras 20 resultaron heridas por los bombardeos, según dijo Isaui. Un médico de la clínica central, Ahmed Ghanin, había registrado 15 muertos y 20 heridos. Ghanin instó a las organizaciones humanitarias y al Ministerio de Sanidad a mandar de forma urgente ayuda médica. "Tenemos una crisis sanitaria. Estamos aquí unos pocos médicos con escasos recursos para tratar a un gran número de heridos", explicó Ghanin.
Otros dos centros hospitalarios de Faluya están inservibles. No se puede acceder al hospital Taleb al Janabi, que está situado cerca de una posición estadounidense a la entrada de la ciudad. El otro, construido recientemente gracias a fondos de Bahrein, todavía no está equipado.
"Cuando cae una bomba cerca, muchas veces se oyen llantos y gemidos después", explicaba un reportero iraquí de la BBC poco antes de que empezara el asalto. "Otro sonido que se oye durante los bombardeos es el de los rezos. La gente reza en voz alta porque está muy asustada". Los alimentos empezaban a escasear, dijo el periodista. "Supongo que encontraremos algo de comer. He visto a muchas cabras en la ciudad".
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