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LA DEFENSORA DEL LECTOR
Columna
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Una portada precipitada

La portada de un periódico es su escaparate y en ella se resalta, como es lógico, lo más importante, novedoso o curioso de sus contenidos. Es el flas que, de una ojeada, zambulle al lector en la esencia de lo que ese día ha pasado en el mundo, si se trata de un diario generalista como EL PAÍS.

Precisamente por su papel protagonista, en ocasiones, los lectores discrepan enfadados de las de EL PAÍS. Es el caso de la portada del pasado miércoles 3 de noviembre -edición de Madrid- que informaba de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y que incluía una foto de John Kerry bajo el titular Los primeros resultados dan a Kerry una ligera ventaja sobre Bush, y el subtítulo 'Los demócratas confían en ganar tras la alta participación electoral en EE UU'.

Andrés Guini asegura que "el patinazo", por el titular y foto, "ha defraudado la confianza de muchos lectores en la fiabilidad de la información de EL PAÍS. El error es tan de bulto, tan poco justificable la apuesta por la victoria de Kerry, que no consigo encontrar una razón profesional para entender esa primera página". Javier López, por su parte, se muestra indignado "porque la portada, dando ganador a Kerry, responde a un criterio totalmente subjetivo. No es veraz, porque a esas horas no se sabían resultados y no había un ganador claro". En parecidos términos se han expresado G. Sánchez y Miguel Ángel Ortiz Flores.

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El director adjunto de EL PAÍS, José María Izquierdo, relata en una larga y detallada explicación cómo se gestaron las diferentes portadas la citada noche electoral, respuesta que esta Defensora ha mantenido íntegra por considerarla ilustrativa del funcionamiento del periódico.

"EL PAÍS hizo cinco ediciones distintas en la noche de las elecciones en Estados Unidos. Dos de ellas fueron previas al cierre de los colegios electorales y, como es obvio, en la primera página sólo se reflejaba la votación: EE UU registra la mayor afluencia a las urnas de las últimas décadas, era el título de la primera página que llevaban estas ediciones, cerradas en Madrid antes de las once de la noche. La fotografía era de John Kerry, saludando a sus seguidores en Boston.

Dadas las diferencias horarias con los distintos Estados, los primeros colegios cerraron a la una de la madrugada, hora peninsular. Eran Estados no determinantes para el resultado final -Indiana y Kentucky-, y decidimos aguantar hasta las tres, hora en la que se esperaba que hubiera datos de Estados clave para el resultado final, muy especialmente Florida, Ohio y Pensilvania. Y a esa hora, pocos minutos después de las tres, hicimos otra edición: Los primeros resultados dan a Kerry una ligera ventaja sobre Bush, titulábamos en primera página. Los datos que en ese momento teníamos delante eran los siguientes: los sondeos a pie de urna, y muy especialmente el reconocido Instituto Zogby, daban una amplia ventaja a Kerry; el candidato demócrata tenía en ese momento 77 compromisarios por 66 de Bush. Esta buena posición de salida se recogía en la información, y todos esos datos sirvieron para elaborar el titular. Por otra parte, a esa hora, los primeros recuentos en Florida, con un porcentaje de voto escrutado aún bajo, daban seis puntos por encima a Kerry sobre Bush. Se mantuvo la foto de Kerry.

Hay que tener en cuenta que para EL PAÍS es un gran esfuerzo industrial retrasar tanto tiempo la fuerte tirada del periódico. En un día normal, esa edición se cierra a la 1.30 de la madrugada, para dar tiempo a las rotativas y al transporte para que esté en los quioscos a primera hora de la mañana. A las tres estábamos al borde de no poder llegar a los puntos de venta y fue necesario acelerar esa edición. Una hora después, a las cuatro, los datos cambiaron, y también cambió la primera página del periódico: Kerry y Bush luchan voto a voto por los Estados clave de Florida y Ohio, era el titular de la primera página en esa edición. Y el sumario señalaba: La ventaja del candidato demócrata en Pensilvania le da opciones al triunfo. Ésos eran los datos que se tenían a esa hora. Días antes de las elecciones ya se sabía que esos tres Estados iban a tener la llave de los resultados finales. También en esta edición se mantuvo la foto de Kerry.

Y, por fin, se hizo una última edición a las 5.15. Se mantuvo el mismo título de portada, pero se cambiaron el subtítulo y las fotos. En el sumario se decía: Republicanos y demócratas repiten el resultado de las polémicas elecciones de 2000. Y se cambió la foto de Kerry por una de George Bush y su familia en la Casa Blanca, y otra de Kerry con sus hijas. A la vista de que el recuento en Ohio iba a alargarse durante horas, y ante la imposibilidad de llegar a una hora razonable a los quioscos si hubiéramos esperado más tiempo, se decidió no hacer más ediciones.

Ése fue el proceso de elaboración del periódico en esa noche. Visto con un poco de distancia, es obvio el desacierto en el título de la primera página de la edición de las tres de la madrugada, y seguramente en haber mantenido la foto a solas de Kerry en esa edición y en la siguiente. Es evidente que nos precipitamos, pero sí queremos insistir en que ésos eran los datos que teníamos en el momento exacto de cada cierre, no minutos antes o después. Tampoco es cierto, como algún lector señala, que dimos a Kerry como ganador de las elecciones. Titular que Los primeros resultados dan a Kerry una ligera ventaja sobre Bush está muy lejos de proclamar ganador a Kerry, y no tiene nada que ver con el patinazo de algunos medios, en especial las televisiones, cuando en la noche de 2000 proclamaron como vencedor de las elecciones a Al Gore. Lamentamos sinceramente los desaciertos de esa noche, reconocemos la equivocación y tomamos buena nota para evitar estos fallos en futuras elecciones".

Amenaza de titular

La portada del suplemento Propiedades, que se publica los viernes en Madrid, se abría el 29-10-2004 con un llamativo titular a tres columnas, La amenaza del parque de Guadarrama, y el subtítulo 'Los municipios de la sierra de Madrid aceleran sus planes urbanísticos ante los riesgos que supone la declaración de zona protegida', que remitía a una amplia información de toda la página 3. Esta Defensora se pregunta a quién amenaza el proyectado Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, ¿a los especuladores? Y para quién supone un riesgo, ¿para los constructores?

El redactor jefe Jesús Mota, responsable de dicho suplemento, contesta: "En el reportaje se denuncia claramente la actitud de gran parte de los municipios afectados por el probable reconocimiento oficial del parque por la Comunidad de Madrid. Municipios en los que 'no se pierde el tiempo', e incluso se señala que 'con inusitado interés, tras años de paralización', tratan de poner en marcha nuevas actuaciones urbanísticas tanto para consolidar los restos del suelo urbano, como para iniciar nuevos desarrollos urbanizables, antes de que les resulte imposible. Esa actitud municipal es la protagonista del reportaje. Pero el título es desafortunado; da idea de todo lo contrario. Hubiera sido más acertado enmarcar la 'amenaza' y los 'riesgos' entre comillas, jugando con la ironía de la situación. Tal era la idea inicial, pero por un error de edición desaparecieron las comillas. De ninguna manera se considera en el texto publicado una amenaza el reconocimiento oficial de parque; se trata de todo lo contrario, de una denuncia de los que así pueden verlo".

Confiemos en que los lectores interesados fueran más allá de un desafortunado titular que, en el mejor de los casos, perdió, por descuido en la edición, unas imprescindibles comillas.

Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es), o telefonearla al número 913 377 836.

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