Voces en libertad
En 1970 se cerró el último de los destacamentos penitenciarios que albergó a los prisioneros de la guerra civil española. El último campo de concentración se había clausurado ocho años antes. Estas informaciones, junto a otras muchas, han sido objeto durante décadas de un extraño ejercicio de amnesia colectiva que ahora trata de recuperar el imprescindible documental Rejas en la memoria, de Manuel Palacios, director que ya fue nominado a los premios Emmy en 1998 por su trabajo para televisión Poeta en Nueva York.
A lo largo de la película, y a través de declaraciones de presos políticos, historiadores, periodistas, politólogos, políticos y hasta sacerdotes, se rescata la voz de lo que se llamó el país de los perdedores para elevarse por encima de la falsa memoria del franquismo. Palacios mezcla con sencillez pero con efectividad los testimonios y la documentación gráfica, escrita y audiovisual de la época, acompañándose de un recurso de gran poder pedagógico: la utilización de algo tan simple como una pizarra, una tiza y una letra de caligrafía que van marcando los distintos aspectos que se analizan a lo largo del documental.
REJAS EN LA MEMORIA
Dirección: Manuel Palacios. Intervienen: Marcelino Camacho, Santiago Carrillo, Juan Luis Cebrián, Santos Juliá, Luis M. Ansón, Iñaki Gabilondo. Género: documental. España, 2004. Duración: 85 minutos.
Las nuevas generaciones de españoles (y también las viejas) deben enterarse de que llegaron a existir más de 100 campos de concentración; de que hay documentación que lo corrobora; de que la capacidad organizativa del régimen se vio superada por la enorme cantidad de presos; de que el objetivo real del dictador era "la aniquilación", en palabras del historiador Paul Preston; de que ciertos funcionarios se aprovecharon de un sistema ya pervertido de por sí; de que la famosa redención de penas por el trabajo llevó a un vil aprovechamiento de la mano de obra reclusa; de que monumentos como el Valle de los Caídos fueron construidos en régimen de moderna esclavitud.
Como contrapartida, y como signo de que la película no es un ejercicio de subjetiva venganza por parte de ideólogos del bando perdedor, también se habla de las matanzas de miembros de la Iglesia en los primeros meses de la guerra y de cómo éstas fueron clave para que el elemento religioso tomara el mando en buena parte del régimen franquista. La necesaria recuperación de nuestra memoria histórica está llegando a través de documentales como éste. Como dice uno de los presos políticos, "la venganza no es un fin revolucionario", pero la memoria debe alcanzar de una vez y para siempre la conciencia colectiva.
Babelia
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