Modelos para sí mismas
Mujeres con dificultades para encontrar empleo celebran un desfile con la ropa que han elaborado en tallleres de formación
Veintinueve mujeres del barrio sevillano de Torreblanca recibieron ayer lo que para la mayoría de ellas era su primer título: el diploma que certifica su asistencia a uno de los talleres organizados por la Delegación provincial de Igualdad y Bienestar Social y la asociación Gerón, una fundación sin ánimo de lucro. Algunas como Carmen asistieron al acto con más nervios que el resto porque, además, se estrenaban como modelos. La clausura de los cursos, integrados en el proyecto Incorpórate, se celebró con una pasarela de moda en la que 12 alumnas desfilaron con las ropas que ellas mismas han cosido en los últimos seis meses.
Carmen reconoce que no sabía "nada de nada" sobre costura. Ahora, con 45 años, ha aprendido a copiar patrones y ha hecho ropa para ella y sus 12 nietos. Para el desfile ha elegido una de sus creaciones preferidas, un traje largo de fiesta granate con ribetes dorados con el que pasea por la improvisada pasarela con la seguridad de una top.
Juana Ramos se muestra más tímida, aunque muy orgullosa con su falda negra y camisa en tonos grises. Ella sí que sabía coser algo antes de empezar el curso, aunque nunca había hecho ropa tan elaborada. Ahora le ha cosido también un pantalón a su hijo de seis años y un vestido a su hija de cuatro. De todas formas, reconoce que se apuntó a los talleres no sólo para aprender. "Me aburría mucho en casa. No trabajo y estoy a cargo de mi suegra, pero es bueno conocer a gente, relacionarse fuera. Eso me faltaba", dice. Como el resto de sus compañeras, elogia la labor de Eloisa González, Elo, la modista que ha ejercido de profesora para ellas.
Elo ha dado clases otras veces, pero nunca hasta ahora a personas con especiales dificultades para integrarse en el mercado de trabajo como las que participan en el programa Incorpórate, dirigido fundamentalmente a mujeres con grandes cargas familiares, bajo nivel formativo, falta de habilidades y sin experiencia laboral. "Son muy agradecidas, valoran muchísimo todo lo que les enseñes", señala la profesora, quien asegura haber perdido la cuenta de toda la ropa que han elaborado durante el curso. "Hoy hemos colgado aquí una pequeña muestra porque sería imposible reunirla toda. Cada una se ha hecho 15 o 16 faldas, ropa para los niños y cualquier cosa que le propusieras. Algunas venían sin saber pegar un botón y han acabado manejando sin problemas la máquina", afirma orgullosa.
Además de la parte práctica, los cursos han incluido también clases diarias de habilidades sociales para ayudarles a encontrar empleo y educación básica compensatoria. Para algunas, estos módulos han sido tan importantes como los talleres prácticos. "Hemos hecho mucha lectura, nos corregían las faltas para que nos diéramos cuenta. Y yo he aprendido matemáticas, que las tenía muy flojas", reconoce Francisca Sevillano, que ha asistido al curso de auxiliar de guardería para perfeccionar lo que ya sabe por experiencia propia. Tiene 37 años y cuatro hijos de 19, 13, 6 y año y medio.
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