El alcalde de Benicàssim retira una placa a los brigadistas internacionales
El equipo de gobierno, de independientes y el PP, dice que resultaba ofensiva
Quienes acudieron el lunes a poner flores ante la placa en memoria de los brigadistas internacionales que se instaló, este verano, en el cementerio de Benicàssim se encontraron una pared vacía. El alcalde del municipio, Manuel Llorca, un independiente que gobierna con el PP, ordenó retirar la placa ya que, según algunos miembros de su gobierno, "ofendía" ya que "en la guerra civil murió gente en los dos bandos".
El concejal de Esquerra Unida Sebastián Esparducer hizo públicos ayer los motivos expuestos por el equipo de gobierno en una comisión celebrada en el Ayuntamiento. Sin embargo, la intención del alcalde no fue anunciada y quienes acudieron al cementerio a recordar a los brigadistas no pudieron realizar su ofrenda floral.
La placa fue instalada el pasado verano, cuando el equipo de gobierno estaba liderado por el socialista Francesc Colomer, que gobernaba en coalición con EU y el Bloc. La solicitud de su colocación, formalizada por la Asociación González Chermá, concluyó con la plasmación del recuerdo "a la memòria dels brigades internacionals soterrats a Benicàssim que van donar la vida contra el feixisme per la república i la llibertat". Benicàssim fue, de hecho, un lugar destacado para los brigadistas ya que el municipio contó con un hospital que se levantó en el actual Hotel Voramar y en varias villas del entorno. Algunos de los miembros de aquellas brigadas se encuentran enterrados en el cementerio municipal en una fosa común y, hasta este verano, no contaban con ninguna inscripción que identificara dónde reposan sus restos.
Para Sebastián Esparducer, la decisión adoptada de manera unilateral por el alcalde es "como un insulto a la historia, una profanación de la memoria de las personas, y sus familias, que yacen en tierras benicenses víctimas del fascismo". El concejal de EU considera además que la retirada de la placa constituye "un acto instaurado en la más grave intolerancia, sólo propia de actitudes fascistas". Así, el edil ha colocado en la ventana de su despacho una bandera republicana que, según dijo, no retirará hasta la "restauración de la placa, y la petición de disculpas públicas a los afectados por estos hechos".
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