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La oposición amenaza en las municipales dos de los feudos de Lula

José Serra, antiguo adversario del presidente en 2002, favorito para la alcaldía de São Paulo

Juan Arias

El publicista del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Duda Mendoza, va a ser procesado por asistir a una pelea de gallos ilegal. Fue él quien consiguió la victoria de Lula en 2002 aconsejando al duro ex sindicalista una campaña bajo el signo de "Lulinha paz y amor". Su adversario, el ex ministro de Sanidad José Serra, perdió con una campaña basada en el miedo y el ataque. Pero hoy, en São Paulo y Porto Alegre, dos ciudades emblemáticas para el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, se han vuelto las tornas.

En São Paulo se enfrentan, en una verdadera lucha de gallos, la actual alcaldesa del PT y amiga personal de Lula, la psicóloga y sexóloga Marta Suplicy, y José Serra, el ex contrincante de Lula en las presidenciales de 2002. Esta vez, la alcaldesa, aconsejada por el famoso publicista Mendoza, jugó al ataque y Serra, al revés que en las presidenciales, fue todo sonrisa y paz y amor, y los sondeos lo dan como vencedor. São Paulo es fundamental para el PT y para Lula, porque es la capital industrial y económica del país, con un 30% del PIB nacional, y donde van a votar más de siete millones de personas.

En Porto Alegre también el PT está en peligro de perder la alcaldía después de 16 años de poder y tras haber hecho de la ciudad una experiencia piloto de buen gobierno, donde nació la famosa "democracia participativa" y el Foro Económico y Social, alternativa al Forum Económico Mundial de Davos. Si las elecciones no desmienten hoy a los sondeos, el PT puede sufrir un revés importante que nunca hubiera imaginado.

¿Cuáles son las causas de las dificultades que Lula está teniendo para ganar esas dos ciudades símbolo? Las hipótesis son muchas. En São Paulo, el mismo Lula, que hasta se jugó el tipo pidiendo ilegalmente el voto para su amiga la alcaldesa, por lo que fue castigado por la justicia electoral con 50.000 reales de multa (unos 15.000 euros), ha acusado a la candidata del PT de ser demasiado autosuficiente. Los que se niegan a votarla a pesar de admitir que ha desempeñado un buen gobierno alegan que Suplicy es demasiado arrogante. Los intelectuales piensan, sin embargo, que los votantes, ante ciertas posturas de carácter autoritario del partido de Lula, han querido repartir el poder entre el PT y el también progresista Partido Socialista Democrático de Brasil (PSDB), del ex presidente de la República Fernando Henrique Cardoso.

¿Y en Porto Alegre? Al parecer, a pesar del buen gobierno del PT en los últimos años, los ciudadanos aspiran al cambio y muchos antiguos votantes del mismo PT sienten una cierta desilusión de que a nivel nacional el Ejecutivo de Lula no ha llenado aún del todo las expectativas que había creado.

Pero quizá lo más significativo de estas elecciones municipales de Brasil, a mitad del mandato de Lula, es que los brasileños han comenzado a castigar a las fuerzas más conservadoras para crear un poder bipolar entre dos fuerzas socialistas, el PT y el PSDB, evitando al mismo tiempo un poder excesivo en manos del PT de Lula, al que algunos analistas políticos acusan de haber querido controlar de forma demasiado hegemónica las instituciones. A partir de estas elecciones -y podría ser un signo para las presidenciales del 2006- existe ya en el país otra fuerza política, el PSDB, capaz de formar una oposición y alternativa democrática creíble al PT. En la primera vuelta los votos de todo el país se dividieron casi al 50% entre las dos fuerzas. Hoy, en la segunda vuelta, se podrá comprobar si el PT logra mantenerse a la cabeza de los grandes ayuntamientos, o si le superará el opositor PSDB.

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